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Cayetana Guillén Cuervo confirma que Amaia Montero vuelve a La Oreja de Van Gogh: «Lo sé desde hace mucho, pero me pidió que no se lo dijera a nadie»

Se puede decir que los periodistas le tendieron una trampa y Cayetana Guillén Cuervo cayó de cabeza. Mientras España entera intenta confirmar los rumores, cada vez más ruidosos, que emergen semanalmente en torno al regreso (o no) de Amaia Montero a La Oreja de Van Gogh, la actriz, amiga personal de la cantante, ha reventado la sorpresa sin darse cuenta. O eso, al menos, ha parecido.

Atendía Guillén Cuervo a los medios en la fiesta de los nominados a la tercera edición de los Premios Talía de las Artes Escénicas de España, que se celebrarán el 12 de mayo en el Teatro Fernán Gómez, cuando una periodista soltó el cebo: «Sabemos que eres muy amiga de Amaia Montero, y ha vuelto a La Oreja de Van Gogh. Queremos saber qué pensaste cuando salió esa noticia».

Por supuesto, no ha salido ninguna noticia confirmando el regreso de la cantante original a la banda donostiarra, pero la sonrisa pícara de la actriz al escuchar la pregunta ya hacía presagiar que estaba deseando soltarlo: «Yo lo sé desde hace mucho. Lo sé desde hace mucho, pero le prometí… No lo dije ni en casa, no se lo dije a nadie. Ella me pidió que, por favor, no se lo dijera a nadie y yo no se lo dije a nadie. Me dijo: ‘Por favor, por mi ahijado’. Sabéis que es la madrina de mi hijo. Me dijo: ‘Por favor, por Leo’. Y no se lo conté a nadie».

Había caído en la trampa, así que ya de perdidos, al río. Los periodistas siguieron preguntando al respecto: ¿y qué sintió Cayetana al escuchar la noticia? «Yo me eché a llorar por teléfono, vamos. Me dijo: ‘Te lo voy a contar, pero, porfa, Caye’. Y lo dije, esto va conmigo a… y cada vez que me preguntáis, yo lo sabía y estoy muy contenta».

Respecto a cómo se encuentra la propia Amaia Montero, Guillén Cuervo se atrevió incluso a hacer un augurio: «Ella está muy bien, está ilusionada, está con mucha cautela, pero está muy ilusionada y muy agradecida al amor que le ha dado todo el mundo y cuando salió con Karol G., aquello fue una cosa maravilloso. España le demostró su amor y lo van a petar, ¿eh?«.

El ajuste de cuentas de Leire Martínez

Si aquella aparición en escena con Karol G. actuó como una especie de efecto mariposa que terminó con 17 años de relación entre Leire Martínez y La Oreja de Van Gogh, el primer single en solitario de la segunda cantante del grupo fue su revancha. Publicado antes de Semana Santa, Mi nombre es una bofetada con la mano abierta al pasado.

«No hemos conseguido acercar nuestras diferentes maneras de vivir el grupo», rezaba por toda explicación aquel comunicado sorpresa que hizo tambalearse los cimientos de nuestro país el pasado 14 de octubre. Unos días antes, La Oreja de Van Gogh cerraba su gira en Zaragoza con una imagen que no presagiaba nada bueno: su solista en los últimos tres lustros, Leire Martínez, rompía a llorar sobre el escenario.

No dijo nada entonces Leire, más allá de dejar claro que aquel texto breve que, de puro aséptico, muchos atribuían a una inteligencia artificial, no lo había firmado ella. Ella tendría mucho que decir de todo lo que había pasado, pero lo haría a su manera. El momento llegó el pasado 11 de abril.

Siempre pensaste que yo guardaría el secreto/ Pero solo dame tiempo/ Para demostrar que yo / Nunca fui tuya./ Búscate a alguien que me sustituya/ Ya lo hiciste una vez/ pero tú ya no podrás esconder más/ dos caras y un nombre.

«Me siento traicionada por el regreso de Amaia Montero, pero no me sorprende», afirmaba la donostiarra a este periódico en una entrevista, dos días antes. «He llorado mucho y seguiré llorando, pero no me voy a quedar estancada en el dolor», aseguraba, en una confirmación velada de que efectivamente, la habían sustituido.

«Amaia a mí no me ha traicionado, yo con ella no tenía ningún acuerdo de nada, ni a nivel emocional ni profesional. Lo tenía con los otros cuatro. Ni Amaia Montero me debe nada a mí ni yo le debo nada a ella y no me gusta el planteamiento de confrontación entre nosotras que mucha gente está dando. No voy a participar en eso. Sé que lo que mola hoy en día es generar controversia, odio y todo se plantea desde la perspectiva del conmigo o contra mí y no quiero formar parte de eso. Eso no quiere decir que yo no sufra, que yo no padezca, que no me pueda sentir traicionada o que no me duelan determinadas cosas. Claro que me ha dolido lo que me han hecho, pero no invalida todo lo demás», afirmaba, tajante.