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Las paradojas de Jon Rahm: firma el mejor recorrido de su carrera y se embolsa 18 millones de dólares, pero pierde otro ‘playoff’

Jon Rahm necesitó su tiempo. Acaba de firmar la ronda más baja en casi una década de brillante carrera, el despliegue de golf más estelar que se le recuerda como jugador profesional: 60 golpes, -11, para lograr un sorpasso milagroso a Joaco Niemann. Sin embargo, el dinero no lo es todo, y los 18 millones de dólares que se acaba de embolsar como ganador individual no consuelan al español, que acaba de perder el playoff del último torneo individual en Indianápolis.

La resolución fue cruel: su approach en el primer hoyo de desempate salió despedido al chocar con la bandera. El colombiano Sebastián Muñoz le arrebató el triunfo, el segundo playoff consecutivo que se le escapa al de Barrika, y duele. «Sigo con un sabor algo agridulce desde entonces. Sé que se supone que debería estar feliz, es un gran momento. Pero no sienta del todo bien terminar el año perdiendo dos playoffs. Tuve un gran domingo y luego pegué a la bandera en el hoyo de desempate, un momento desafortunado. Esa parte no se siente bien. Estoy seguro de que con el tiempo lo superaré y apreciaré lo que he hecho este año. Ganar la clasificación de la temporada sin ganar un torneo. Sé que eventualmente me sentiré orgulloso de eso». reflexiona el golfista vasco.

Algunos, como el propio protagonista, ven este título individual como una virtud de consistencia (en 13 torneos, el peor resultado de Rahm este año es un undécimo puesto); otros, como un fallo en el sistema de puntuación del LIV: ¿cómo es posible que un jugador en estado de gracia como Joaco Niemann, que ha ganado cinco de 13 torneos esta temporada, pierda frente a otro sin victorias?

Sistema controvertido

El caso es que el domingo Rahmbo se volvió a encajar un nuevo anillo -el segundo tras el que ganó el año pasado, que solo le cabe en el meñique- como ganador del circuito LIV Golf. Un año con 12 top 10, pero ninguna victoria, frente a Niemann, que ha logrado cinco triunfos, pero en el resto sólo una clasificación entre los 10 primeros. El sistema genera, pues, controversia.

Además de la victoria de Rahm en la clasificación de toda la temporada, el año se cerró con el noveno puesto de Sergio García -de mucho más a menos a lo largo del curso- y el décimo de David Puig, el segundo jugador más joven de la liga saudí, cuyas miras y talento apuntan muy lejos. El benjamín del circuito es Josele Ballester, que en su primer e incompleto año terminó en el puesto 35, dentro de la zona segura que le garantiza otra temporada más en el circuito.

Este año, con la entrada de Scott O’Neil, el nuevo CEO del circuito rebelde que sustituye al todavía más rebelde Greg Norman, las cosas se han puesto mucho más serias: los descensos (del puesto 49º al 61º) se cumplirán a rajatabla. Al parecer, es uno de los requisitos que podría ayudar a que el ranking mundial otorgue definitivamente puntos al LIV Golf.

Dentro del otro drama que se vivió en la jornada final en Indianápolis, ilustres como Ian Poulter o Lee Westwood se salvaron in extremis del descenso, en el que quedaron atrapados jugadores como el chileno Mito Pereira o el más ilustre, Henrik Stenson. El sueco, en 2022, era el respetado capitán del equipo europeo para la Ryder Cup de Roma en 2023, hasta que el LIV Golf llamó a su puerta: firmó como co capitán de los Majesticks, y con 20 millones de dólares bajo el brazo. El Circuito Europeo le relegó instantáneamente de sus funciones de capitán.

Destinos remotos

Tres años después, Stenson se lo jugará todo a una carta en la escuela de clasificación para poder volver al LIV. De lo contrario, su carrera quedará condenada a jugar torneos del Circuito Asiático. De competir por bolsas de 25 millones de dólares cada semana, en medio de los focos, la música y el glamour del circuito LIV Golf, al ostracismo de los destinos más remotos del continente asiático con premios que apenas superan el millón de dólares. Mucha diferencia.

Stenson, a sus 49 años, tiene en principio bloqueada cualquier entrada a otro circuito debido a las sanciones, aunque podría seguir ejerciendo como capitán de su equipo sin poder jugar. Un panorama futuro difícil de digerir.

Mientras tanto, a Rahm le quedará liderar a su equipo Legion XIII en la final de esta semana y disputar un par o tres torneos más en el Circuito Europeo, además, claro, de tomar parte en la Ryder Cup, donde por primera vez no está clasificado, pero nadie duda de que será uno de los pilares en el equipo que forme el capitán Luke Donald.