La preparación de la selección para el Eurobasket (arranca el jueves en Chipre contra Georgia 14:00 h.) no ha podido resultar más accidentada. Al torneo de Jokic, Doncic y Antetokounmpo, España acude entre lesiones y derrotas. Y hasta con malos augurios: por primera vez, la FIBA la sitúa fuera del top 10 de favoritas, y los medios internacionales encuestados creen que será la mayor decepción del torneo.
Las sensaciones, sin embargo, no entierran de forma tan radical a la selección, la misma que, hace tres años (y también sin estar entre las favoritas) ganó el oro en Berlín. De hecho, Sergio Scariolo es optimista con cautela. «Aquí no celebramos derrotas», dijo mientras el Palacio (su nueva casa a partir de septiembre) le homenajeaba el pasado jueves tras el emocionante partido contra Alemania. En Colonia, tras otra derrota (esta más dura) contra la campeona del mundo, pronunció: «No estamos mal».
A Scariolo se le han ido cayendo jugadores hasta el punto que no ha tenido que realizar descartes, como en veranos anteriores. Si ya de por sí la lista estaba condicionada por las ausencias, desde el retirado Llull a Lorenzo Brown (tampoco Carlos Alocén y Juan Núñez, operados hace unos meses, o Hugo González, enrolado en los Celtics), que renunció por motivos personales, pronto Eli Ndiaye tuvo que marcharse con problemas físicos. Le siguió Alberto Abalde y Alberto Díaz, que se presumía el base titular, no pudo entrenarse con normalidad y ha acabado fuera del Eurobasket.
España afrontará el torneo con dos directores de juego de menos de 20 años (Sergio de Larrea y Mario Saint-Supéry), con tres debutantes más (Yankuba Sima, Santi Yusta y Josep Puerto) y con la media de edad más baja de los últimos tiempos (sólo Darío Brizuela y el capitán Willy Hernangómez han cumplido los 30).
La gira, bautizada como #ImperiumNostrum, ha sido dramática en cuanto a resultados, aunque no tanto en la evolución del juego. España empezó siendo sorprendida por Portugal en Málaga (del (27-14 del primer cuarto al 74-76 final) y dos días después derrotó allí a Chequia, en la que iba a ser su única victoria en los seis amistosos. Porque después, la selección cayó en su doble enfrentamiento con dos de los favoritos al oro. Contra Francia en Badalona y París (aunque allí dominó a los galos muchos minutos) y ante Alemania en Madrid (en la prórroga, con fallo final de Brizuela) y el sábado en Colonia de forma contundente (95-78). «Sabíamos que era una gira muy exigente. Los resultados no me interesan especialmente, pero en general, hemos dado la cara», confesó Scariolo antes de partir hacia Limassol. «Hay algunas diferencias físicas evidentes pero, por otro lado, hemos demostrado que algún recurso tenemos para intentar reducir ese gap. Tenemos que explotarlos para poder jugar contra equipos de este tipo», añadió.