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El ‘estratega’ Vingegaard, gran favorito para una Vuelta ‘sin españoles’ tras este primer parón

…Y al décimo día descansó. Después de nueve etapas disputadas, la Vuelta ha llegado al primero de sus dos reposos programados con el lógico desconocimiento de lo que sucederá con, todavía, 12 jornadas de competición en el horizonte. Pero con la sensación de que se halla definida, ya que no resuelta. El vencedor no está confirmado, pero sí intuido.

Pogacar es un abusón. Vingegaard, un estratega. Ataca cuando quiere, pero también donde debe. Tiene la carrera en la situación prevista y él se encuentra en la posición elegida de antemano. Es segundo en la general, pero la encabeza «de facto». Se encuentra allí donde, sin coincidir ni mezclarse, se juntan lo virtual y lo real. No tiene prisa. Tampoco dudas, como Hamlet, su compatriota literario.

Ofrece una garantía absoluta con un punto de exhibicionismo juguetón. No es nada frecuente que las estrellas se timen con la cámara haciéndole saludos como carantoñas y dirigiéndole sonrisas como arrumacos. Quizás se trate de un arma psicológica destinada a desalentar a los rivales, que ven en esos gestos una seguridad y una calma que derivan en casi indiferencia hacia ellos y sus posibilidades.

Almeida, máxima alternativa

Vingegaard no los ha eliminado, faltaría más. Pero los incluye a todos juntos en una gavilla de escolta cuyos miembros se diría destinados a litigar entre sí por grandes pero secundarios objetivos. La Vuelta mantiene mucha emoción a costa de perder bastante incertidumbre. A la hora del desempeño colectivo en apoyo del individual, su equipo, el Visma, segundo en la tabla por escuadras, es más fiable que el primero, el UAE Emirates, que ahora mismo coloca a Almeida como máxima alternativa a Vingegaard, a expensas de Pidcock, Gall, Ciccone, Hindley o Bernal. Pero ha flaqueado en momentos importantes.

Paradójicamente, Ayuso, el único español que ha ganado hasta ahora una etapa, lo debilita. O, al menos, lo trastorna. Ignoramos hasta qué punto el equipo le permite que haga lo que hace o que no haga lo que no hace. Que pierda 12 minutos, que venza con brillantez al día siguiente, antes de, acto seguido, dejarse otros 22 minutos y no dar una pedalada en favor de Almeida (el heroico Soler trata de darlas por los dos).

La libertad de Ayuso

No sabemos en qué medida le compensa al patrocinador dejarle libertad singular a cambio de rebajarle de servicio para el conjunto. También desconocemos en que porcentaje lo disfruta o lo padece. Tal vez unos y otros lo hayan dejado por imposible y, cuando se vaya al Lidl-Trek, lleve tanta paz como deja. Ocupa el 49º lugar en la clasificación, a 32:52 de Torstein Traeen, un héroe sorprendente y sorprendido. Por aportar un par de datos provisionales pero reveladores, Mikel Landa, a los 35 años, está por delante. Y Markel Beloki, a los 20, también.

A la espera aún de dar oficialidad al vencedor de la Vuelta, ya sospechamos, siempre dejando algún resquicio a lo inopinado, que ningún español va a entrar en el podio. Y veremos si entre los 10 primeros. Es cierto que las ausencias de Carlos Rodríguez y Enric Mas han restado posibilidades a los nuestros. Pero esto es la Vuelta, y el interés que despierta reside en buena medida en el que nos suscitan los españoles. Aunque militen en equipos extranjeros.