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Carlos Alcaraz, su otra pasión y un desafío a Sergio García antes de enfrentarse a Djokovic: «Que me dé 10 o 15 golpes de ventaja»

En tantos otros partidos, Carlos Alcaraz es favorito, pero esta vez… Este miércoles por la tarde, en un campo desconocido de las afueras de Nueva York -presumiblemente Deepdale-, se enfrentará a lo imposible: intentar ganar a dos profesionales del golf. Y qué dos profesionales. Sin su raqueta, con sus palos, Alcaraz desafiará junto a su entrenador, Juan Carlos Ferrero, a todo un Sergio García y a David Puig, también golfista español del LIV. Habrá alguna forma de equilibrio -Alcaraz pedía a García «entre 10 y 15 golpes de ventaja-, pero igualmente lo tendrá crudo. Su único triunfo será la diversión. Durante varias horas se olvidará del tenis, de la exigencia que supone disputar las semifinales del US Open, de la presión por volver a ser número uno del mundo. Eso es, al fin y al cabo, lo que le aporta el golf.

«Me ayuda muchísimo a relajarme. De pequeño ya había ido alguna vez a pegar bolas y me gustaba, pero empecé a jugar más en serio a principios de 2020. Me enamoré del golf. Cuanto más jugaba, más quería jugar. Y ahora es parte de mi rutina en los torneos, es importante para mí. Mi hándicap es 14, pero estoy trabajando para mejorarlo», comentaba Alcaraz después de ganar a Jiri Lehecka por 6-4, 6-2 y 6-4 en cuartos de final del Grand Slam estadounidense y hacer su celebración en este torneo.

Después de cada triunfo, va al centro de la pista, se coloca con los pies en paralelo y muestra su swing. En primera ronda se lo dedicó a Rory McIlroy, que incluso le visitó en un entrenamiento, y luego lo ha ido repitiendo partido a partido. «Parece que tengo buena técnica, pero luego en el campo de golf no funciona tan bien», bromeaba recientemente.

La importancia de los gestos

Como vencedor del primer duelo de cuartos de final, Alcaraz cuenta con casi 72 horas para descansar antes de semifinales. Un regalo del que ya disfrutó en Roland Garros y Wimbledon. Este martes lo empezó a aprovechar tomándose con mucha calma su protocolo post-partido -salió a rueda de prensa media hora más tarde de lo habitual- y viendo ya desde el hotel el enfrentamiento entre Novak Djokovic y Taylor Fritz. El serbio se impuso al estadounidense en cuatro sets y será su rival en semifinales.

Con la visita de varios amigos de Murcia, pudo cenar a su gusto y en los días que vendrán también tendrá momentos para el disfrute. Aunque entrenará ambos días a primera hora de la mañana, luego habrá golf y alguna visita a uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Lo tiene muy medido. Estar todo el día pensando en tenis no funciona: hay que desestresar.

Son las cosas fuera de la pista que ha ido aprendiendo para alcanzar la madurez, su madurez. En años anteriores la falta de tiempo libre le ahogaba; ahora ya sabe cómo gestionarlo. Temporada a temporada Alcaraz va encontrando su camino, como en la pista encuentra sus golpes y hasta sus gestos. Estos días en la pista Arthur Ashe se le ve muy metido en el partido, siempre preparado para jugar, siempre concentrado y resulta que es algo que hace adrede. Antes se podía leer muy claramente en su lenguaje corporal si las cosas iban bien y no. Eso ya no es así.

«Creo que juego dos partidos a la vez. Uno se decide por los golpes, por el tenis, pero el otro se decide por los gestos. Me he dado cuenta que mi postura es muy oponente. Si el rival me ve fresco, dispuesto a mantener intercambios largos, a aguantar las horas que hagan falta, el partido se le hará muy duro. Incluso la manera de caminar entre puntos es importante», comentaba este martes antes del partido de golf de este miércoles donde no, esta vez no será favorito.