Una victoria contra la »dictadura» y para calmar ánimos alterados. Juan Ayuso, enfrentado a la dirección del UAE, sumó su segunda victoria en una etapa destensada después de los incidentes de Bilbao. La Vuelta, con una nueva exhibición del alicantino, se congratula de que el aspecto deportivo renazca para recuperar su espacio, una misión hercúlea en esta ronda que siempre quedará marcada por las protestas de los grupos pro Palestina y contrarios al equipo de Israel. El genocidio de Gaza enciende los ánimos.
La etapa partió de Cantabria, con salida en Laredo y llegada a Los Corrrales de Buelna, con banderas y pancartas, sin violencia, pero con los rescoldos del final abortado en la meta de Bilbao y el debate sobre la complicada solución a un conflicto que genera problemas de seguridad, con riesgos extremos para los corredores. La Vuelta, dicen, no puede excluir al Israel-Premier Tech porque se ha ganado el derecho a participar según la normativa deportiva establecida por Unión Ciclista Internacional (UCI). Otro asunto es que el propio equipo decida abandonar la carrera, cuestión que ahora mismo no se ha planteado. Para la escuadra hebrea, tirar la toalla supondría una derrota ante los manifestantes pro Palestina. Además, significaría una muestra de debilidad ante las carreras que aún restan en la presente temporada.
En el equipo dirigido por el español Óscar Guerrero no entienden por qué han puesto en la diana a unos ciclistas que lo único que hacen es desempeñar su profesión. »Yo respeto la opinión de todos. Nosotros cumplimos con nuestro trabajo. Lo estamos pasando muy mal. Llevo 35 años de director y ayer recibí insultos de la gente. Que te llamen asesino o hijo de puta no es agradable, es algo que te duele«,’ lamenta. En la formación hebrea que acude a la Vuelta, sólo hay un corredor israelí: Nadav Raisberg, un rodador de 24 años, que ocupa el puesto 156 de la clasificación general de la Vuelta, con más de dos horas de desventaja respecto a Vingegaard.
El nerviosismo no desapareció en una etapa que estaba destinada al lucimiento de los corredores de segundo escalón. Los jefes de filas intentaron reservar energías para el final de hoy en la cima del emblemático El Angliru. Nueva cita con las rampas de La Cueña les Cabres (24% de desnivel), Les Cabanes (22%), Los Picones (20%), Cobayos (21,5%) o El Aviru (21,5%),
Este jueves fue un día para los aventureros. Antes del ascenso al puerto de Alisas se formó una macrofuga con 40 unidades, entre ellos, gente con influencia en el pelotón, como Juan Ayuso, Mads Pedersen, Soler, Landa, Castrillo, Campenaerts, Kwiatkowski o Buitrago.Javier Romo y García Cortina pugnaron, sin éxito, por marchase en solitario.
Ayuso saltó a falta de 26 km para la meta, en el ascenso a la Collada de Brenes. Respondió Romo en una subida con firme descarnado. Colaboración entre ambos en el descenso camino de Los Corrales de Buelna. Los jóvenes españoles se presentaron en la meta con tiempo suficiente para preparar el sprint. Romo asumió la iniciativa, pero Ayuso contragolpeó con esa punta de velocidad que le caracteriza.
»Esta victoria me alegra, pero nada hubiera sido posible sin la ayuda de Marc Soler, que ha sabido controlar muy bien al grupo de perseguidores», recalcó el ganador de la etapa, que también sumó el triunfo en la séptima jornada, con final en Cerler.
El grupo de Vingegaard llegó con cinco minutos de retraso. Nada importante para el danés, para quien lo relevante llega este jueves, en las paredes de El Angliru.