En un estadio estupendo, con un césped impecable y ante 40.000 turcos gritando desaforadamente mide hoy la selección española una racha que a su entrenador, Luis de la Fuente, no le preocupa, pero que a los ciudadanos de a pie quizá sí. ¿Cuál es? El técnico lleva 32 partidos a los mandos. En los 26 primeros, su equipo apenas encajó 17 goles (0,61 por encuentro). Sin embargo, en los últimos seis, contando la débil Bulgaria, ha recibido 13 (2,1 en cada choque). Es decir, cuatro veces más.
Dos contra Suiza en el último partido de la fase de grupos de la Nations, dos contra Países Bajos en la ida de cuartos, tres en la vuelta, cuatro en la semifinal ante Francia y dos más en la final contra Portugal. «Me preocupa cero», insiste el seleccionador, «mientras nosotros seamos capaces de marcar uno más que el rival». Y el caso es que tiene razón, aunque ante partidos como el de esta noche en Konya convendría ser más rígido.
Las razones no terminan de estar claras, porque no ha habido un cambio de sistema, ni un cambio de idea en la selección. Se puede poner la lupa en la ausencia de Aymeric Laporte, que coincide exactamente en el tiempo con esta dinámica (no acudió a la lista de noviembre del año pasado y no ha vuelto). También se puede poner la lupa, acaso aquí con más razón, en el socavón que presenta el equipo en el lateral derecho, donde hoy vuelve Dani Carvajal para ver si es capaz de cerrarlo.
26 partidos sin perder
Porque esta noche mide España buena de sus opciones de estar directamente en el Mundial sin tener que ir a la repesca. Tras la victoria de Turquía en Georgia, única salida difícil que tendrá, parece evidente que la cosa será un mano a mano entre los equipos que se miden esta noche.
Todo lo que no sea perder es un buen resultado, pero un equipo como España no debería pensar en eso. «Más allá de estadísticas, nosotros venimos aquí a ganar, como hacemos siempre», dice De la Fuente. Lleva el equipo 26 partidos oficiales sin perder, desde hace más de dos años.