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Los ciclistas de la Vuelta se plantan: si vuelven a ocurrir incidentes graves, se paran

Cada comienzo de jornada en la Vuelta a España es un recuento de daños. También un cúmulo de incertidumbres. El martes por la tarde, tras el segundo final de etapa (en Castro de Herville) abortado a causa de las protestas propalestinas, Javier Guillén, director de la carrera, tuvo que comparecer de urgencia para calmar los ánimos y confirmar que la carrera iba a continuar. «Pedimos colaboración, esto es ilegal», rogó. Es miércoles, en la lluviosa salida desde El Barco de Valdeorras, el pelotón -que por el momento guardaba un equidistante silencio-, ha querido tomar cartas en el asunto.

En una reunión del sindicato (Asociación Profesional de Ciclismo, APC), con un representante de cada equipo (23 en total), votaron entre varias opciones y decidieron que continuarán con el desarrollo de la Vuelta, a la que le restan cinco etapas hasta el final del domingo en Madrid. Sin embargo, también han llegado a la conclusión de que si se vuelven a producir incidentes que pongan en peligro su integridad, pararán y la etapa será abortada. No se ha hecho público, sin embargo, un comunicado oficial al respecto.

Algo, parar, que hasta ahora no han hecho como colectivo. Ni cuando ya en Figueras, en la primera etapa de esta ronda en territorio español, hubo un intento de cortar la carretera al paso del equipo Israel-Premier Tech (el blanco de todas las iras), frenado peligrosamente durante la contrarreloj por equipos. Tampoco cuando el italiano Simone Petilli, del Intermarché-Wanty, se fue al suelo en la décima etapa después de que un grupo de activistas en favor de Palestina cruzaran la carretera en el paso por la localidad de Lumbier. Ni siquiera en Bilbao, cuando se recortó la etapa. O cuando otro manifestante provocó el lunes la caída de Javier Romo, que un día después tuvo que retirarse a causa de las heridas sufridas.

Entre Poio y Mos, el martes, no sólo se frustró el final en el Puerto de Castro de Herville. También hubo varios pinchazos a causa de las chinchetas arrojadas al asfalto, como confirmaba esta mañana Joxean Fernández Matxin, director del UAE. «Hay mucha incertidumbre entre los ciclistas por la seguridad. Ayer las banderas se bajaron y golpearon a varios ciclistas, también pinchazos…», explicaba en Radio Marca.