El 15 de agosto fue una fecha marcada en rojo en clave internacional. El encuentro en Anchorage (EEUU) entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el mandatario ruso, Vladímir Putin, daba esperanzas de que una posible tregua o incluso un acuerdo de paz en la guerra de Ucrania pudiera estar próxima.
Sin embargo, ha pasado casi un mes desde esa cita y el final del conflicto armado no se atisba cercano (menos aún con el ataque ruso con drones que ha alcanzado territorio polaco en las últimas horas).
En ese sentido, la CNN ha publicado un análisis del periodista británico Nick Paton Walsh en el que se destaca que EEUU, y personalmente Trump, ha realizado una interpretación errónea sobre Rusia que le está costando cara a Ucrania.
«Podría llamarse una interpretación valiente, optimista, quizá incluso calamitosa. La creencia del presidente estadounidense Donald Trump de que, de alguna manera, gracias a su carisma, podría convencer a su homólogo ruso, Vladímir Putin, de que quería un acuerdo de paz era, en el mejor de los casos, excesivamente generosa con él mismo y con el jefe del Kremlin», se destaca en el texto.
Según Nick Paton Walsh, ese planteamiento «se alimentaba de la estrategia de que Moscú es un aliado en potencia de Estados Unidos frente a China, en lugar de (cada vez más) un vasallo productor de energía de Pekín».
Pero esa percepción de Trump ha sido completamente equivocada. De hecho, la pasada semana, durante la celebración de la 25ª cumbre de la OCS (Organización de Cooperación de Shanghái) se pudieron contemplar escenas muy cordiales, y hasta una conversación sobre la inmortalidad, entre Putin y su homólogo chino, Xi Jinping.
El mencionado periodista subraya, en relación a la actitud adoptada por EEUU ante Putin, que «esta interpretación errónea de la situación le ha costado muy caro a Ucrania, en términos de la inestabilidad pública de su apoyo estadounidense y al proporcionar una ventana en la que las fuerzas rusas pudieron avanzar fríamente en el frente».
Respecto a qué puede suponer este golpe de realidad para Washington, Walsh opina que «estos meses han proporcionado una lección inestimable (si es que había que aprenderla) sobre quién está en cada bando. Ni siquiera Trump puede hacerse ilusiones ahora».