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La desesperación de Fernando Alonso en Bakú: «Creo que no estáis entendiendo lo mala que es la situación»

Hubo un momento, cuando aún no se había completado en Bakú el primer tercio de carrera, en que Fernando Alonso trató de abrir los ojos a los ingenieros de Aston Martin. «Creo que no estáis entendiendo lo mala que es la situación», comentó el asturiano por radio. Por entonces, el bicampeón penaba por mantenerse en el rango del DRS con Gabriel Bortoleto, que había partido dos puestos por detrás en la parrilla a bordo de un Sauber. En realidad, cualquier monoplaza parecía por entonces más competitivo que el Aston Martin, con quien Alonso sólo pudo cruzar la meta en decimoquinta posición.

El pésimo nivel del AMR25 puede entenderse con los 78 segundos que Alonso cedió ante el vencedor, Max Verstappen, o los 96 entregados por Lance Stroll, decimoséptimo bajo la bandera a cuadros. «Éramos el peor coche de la parrilla, luchando con Alpine», admitió Alonso. A pesar de este concluyente análisis, lo cierto es que en Bakú, los únicos doblados por la cabeza de carrera fueron Pierre Gasly y Franco Colapinto, los pilotos de la escudería francesa.

«Sabíamos que aquí íbamos a ser el último coche. En Las Vegas vamos a ser el último coche y en México también vamos a ser el último coche. O sea que de las siete carreras que faltan, en tres ya sabemos que vamos a ser los últimos. Intentaremos pasarlas rápido y no dañar el coche, no tener daños o no poner el equipo en dificultades y pasarlas de puntillas», desarrolló Alonso, que el sábado se había quedado fuera de la Q3 por apenas 69 milésimas.

Un castigo que «no cambiaba nada»

Esta mínimo margen frente a Yuki Tsunoda se amplió sin remedio durante las 51 vueltas de la carrera. Antes de que se cumpliera el ecuador, cometió un pequeño error en la curva 15 que le hizo perder la posición frente a Alex Albon. De ahí hasta la meta tampoco pudo mantener el ritmo de los Haas de Esteban Ocon y Oliver Bearman. Según los primeros datos, el ritmo por vuelta del AMR25 en Bakú (1:46.41) sólo fue mejor que el de Alpine (1:47.07)

La decepción de Alonso era de tal calado que ni siquiera quiso culpar a la sanción de cinco segundos recibida en la salida. «Reaccioné al movimiento de Piastri y eso me condenó a salir también por delante del semáforo, pero esa penalización no cambiaba nada», admitió el ex piloto de McLaren.

Pese a su monstruosa inversión en recursos técnicos y capital humano, Aston Martin no consigue enderezar el rumbo y Alonso parece devorado ya por el fatalismo. «Cuando salgo delante pasa de todo y suelo acabar detrás. Cuando salgo detrás y es un fin de semana en el que el coche no va muy bien, hacemos las 51 vueltas ahí en la parte trasera», reconoció el doble ganador en Le Mans. Ni siquiera en un domingo donde ocho pilotos partían fuera de posición, Aston Martin pudo ofrecer un digno nivel de prestaciones.

Por detrás de Racing Bulls

Por segundo fin de semana consecutivo, el equipo dirigido por Andy Cowell sale con un doble cero, lo que complica aún más su situación en el Mundial de Constructores, donde ahora ocupa la séptima plaza, 10 puntos por detrás de Racing Bulls (72-62).

Dentro de dos semanas, la escudería de Silverstone viaja hacia Singapur con la esperanza de que no todo pinte tan negro como en las calles de Bakú. «Hay pequeñas oportunidades. Hungría fue una y Zandvoort fue otra», rememoró Alonso, aún escocido por aquel GP de Holanda, cuando Bearman acabó quinto en la meta saliendo desde el pit-lane.