«Siempre a mí», se lamentaba Julián Álvarez en el banquillo de Son Moix. Era el minuto 62 del duelo entre el Mallorca y el Atlético de Madrid y el argentino, máxima estrella del conjunto rojiblanco, veía cómo el Cholo Simeone le retiraba del campo a pesar del 0-0 en el marcador. Era la cuarta vez en cinco jornadas en la que escuchaba el pitido final sentado en la banda. «Necesitamos su mejor versión», se justificó, y pidió, el técnico argentino. Una situación similar a la de Vinicius Júnior, quejándose a Xabi Alonso tras ser sustituido de nuevo ante el Espanyol. En cinco jornadas el brasileño no había jugado ningún partido completo. «No hago una gran bola de una cosa pequeña», respondió el vasco, dándole «normalidad», dijo, al supuesto problema.
Unos días después de ambas polémicas, Julián y Vinicius llegan al decisivo derbi madrileño tras realizar sus mejores partidos del curso. El argentino jugó los 90 minutos y anotó un hat-trick contra el Rayo Vallecano, mientras que el brasileño marcó un golazo con el exterior y dio una asistencia ante el Levante, disputando por primera vez en esta temporada los 90 minutos de un encuentro. Las gestiones, polémicas mediante, de Simeone y Alonso parecen haber salido bien. El látigo, o las llamadas de atención, como forma de tratar con las estrellas de su equipo. Sin privilegios ni concesiones. A nivel psicológico, ¿es la mejor opción? A juzgar por las reacciones de Julián y Vinicius, parece que sí.
«Los deportistas están educados para funcionar con un esquema de castigo y suelen reaccionar exitosamente», explica Juan Jesús Ruiz, director del Master en Psicología del Deporte en UNIE Universidad. «Ningún trabajador tiene porqué estar conforme con lo que su jefe decide, pero en esos dos casos se ha visto que ha tenido un efecto positivo. Los entrenadores son profesionales de alto nivel y también gestores de personas», añade.
Aunque las dos situaciones puedan parecer similares, los contextos son diferentes. Esta tarde Alonso pisará por primera vez el Metropolitano como entrenador del Madrid, mientras que Simeone camina en su 15º curso al frente del cuadro rojiblanco. La lógica podría invitar a pensar que el argentino tiene más peso que el vasco sobre el vestuario y que es más fácil tomar estas decisiones cuando llevas mucho tiempo en un mismo equipo que cuando eres un recién llegado, pero los expertos van por otro camino.
«Xabi es la novedad, eso es una ventaja»
«Xabi Alonso es la novedad y eso es una ventaja, porque los jugadores no lo conocen y quieren adaptarse bien a él», asegura David Peris, presidente de la Federación Española de Psicología del Deporte. «La construcción de un equipo tiene que ver con definir roles y que cada jugador lo acepte, y no es fácil. No son castigos o llamadas de atención, es definir el rol de cada uno. Esa es la clave», reflexiona, y compara el caso de Alonso con el de Simeone.
«El Cholo ha buscado durante 15 años jugadores que aceptaran esos roles que él quería. Y a la vez es muy difícil cuando llevas 15 años, con todo el desgaste, poder gestionar bien todo eso. En el Madrid hasta ahora no pasaba así, porque tenía jugadores de calidad a los que a lo mejor se les exigía otra cosa. Ahora Xabi está definiendo esos roles. Si le dices a Vinicius ‘necesito esto’ y no lo hace, pues otros estarán por delante. Es definir y aceptar roles», explica Peris.
«A las estrellas se las trata diferente»
Sin embargo, tanto Alonso como Simeone han visto que la gestión pública con sus estrellas no es tan cómoda como con los demás, aunque ambos lleguen al derbi en su mejor momento. «Los jugadores con más talento son tratados de forma diferente. Es una realidad. Pero la gestión de las sensaciones, de la imagen del grupo, el cómo se atribuyen los méritos y deméritos del grupo… Todo eso puede hacer que se produzcan bajadas de rendimiento», admite Ruiz.
Una situación, la polémica con Vinicius, que Alonso y el Madrid han navegado con éxito deportivo: seis victorias en seis jornadas de Liga y triunfo en Champions, mientras que a Simeone y al Atlético les ha costado más: tres empates y una derrota en seis citas ligueras y otra derrota en Champions ante el Liverpool. Ambos, eso sí, manteniendo su decisión con las estrellas.
«El entrenador es el que más influencia psicológica tiene en el equipo. Los jugadores tienen que entender bien porqué a un jugador se le permite más que a otro. Messi en Argentina es el jugador que más privilegios tiene dentro del campo, pero porque tiene un rol muy específico», asegura Peris. «Los jugadores tienen a su alrededor personas que las adulan, pero es necesario que sepan y practiquen la autocrítica para que haya una cohesión grupal», añade Ruiz.
Julián y Vinicius, superados sus toques de atención, serán titulares esta tarde en un derbi liguero clave para el campeonato.
