A la crisis de la vivienda se suma en demasiadas ocasiones la presencia de propietarios negligentes. Así lo han vivido unos inquilinos en la ciudad de Nelson, en Nueva Zelanda, tras mudarse, a tan solo 10 días de finalizar su contrato de alquiler anterior, a una nueva casa sin haberla visto porque «se veía preciosa en el anuncio». Sin embargo, pronto descubrieron que no era oro todo lo que relucía.
«Lloré el primer día», dijo Dominic Hurdle, uno de los inquilinos, según ha publicado el medio The Press. «Nadie nos dijo que la casa estaba muy inclinada. Los vecinos dijeron que habían visto pasar a cientos de personas antes que nosotros. Le pedí disculpas a mi hijo porque sabía que no teníamos escapatoria», señaló. Durante los primero meses en la nueva casa alquilada sufrieron goteras, moho, grietas en las paredes y corrientes de aire tan fuertes que «se podía sentir el viento soplando a través de las ventanas», aseguraron.
Una inspección de Healthy Homes realizada solo dos semanas después de que se mudaran encontró canaletas en mal estado, falta de barreras contra la humedad del suelo y un drenaje deficiente. Además, inspecciones posteriores realizadas por el Ayuntamiento de Nelson determinaron que la casa había sufrido «afectación estructural» debido al movimiento del terreno en la zona, lo que la había dejado «significativamente desnivelada».
Ahora, el Tribunal de Arrendamientos ha impuesto una multa al propietario al considerar que la respuesta fue «muy poca» y llegó «demasiado tarde». Incluso tras las tres inspecciones en las que se detectaron «problemas significativos» en la vivienda, The Rent Shop, en representación del propietario Colin Barrow, no logró adecuarla a las normas durante un contrato de arrendamiento de 16 meses, según dictaminó el tribunal.
De esta forma, ordenó al propietario pagar a los inquilinos Lisa-Maree y Dominic Hurdle 6.527 dólares por incumplir las normas de Viviendas Saludables y por no mantener la propiedad. Hurdle declaró que habían buscado alojamiento durante meses antes de firmar un contrato de arrendamiento de 12 meses en marzo de 2024 por esta vivienda.
El tribunal declaró que «no se tomaron medidas correctivas inmediatas». En noviembre del pasado año solo se habían realizado algunos trabajos, cuatro meses después del plazo legal. Además, afirmó que las fotos de la inspección deberían haber motivado una «acción inmediata», y añadió que los problemas «deberían haber sido evidentes» por The Rent Shop cuando asumió la gestión, incluso si la nueva decoración «podría haber ocultado algunos problemas subyacentes».
Si bien el tribunal reconoció las dificultades geotécnicas del terreno, dictaminó que la vivienda «no se entregó ni se mantuvo en un estado de conservación razonable». El propietario tuvo «tiempo suficiente para actuar antes del plazo de julio», por lo que el incumplimiento fue «intencional».
