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Sánchez busca retratar a Feijóo en el “desastre de gestión” del PP en un nuevo cara a cara en el Congreso

A pesar del ruido, las investigaciones judiciales que acechan al que fue su núcleo duro en el PSOE y también a su familia, Pedro Sánchez cree que los ciudadanos distinguirán el grano de la paja. Más allá de la factura que pase a los socialistas la corrupción de José Luis Ábalos, Koldo García y Santos Cerdán, en Moncloa están convencidos de que el resto de causas judiciales ya no les desgastan e incluso hay quien piensa que son un elemento movilizador del electorado progresista. La intención del presidente es sortear esas polémicas y tratar de cambiar el marco hacia el “desastre de gestión” del PP allí donde gobierna.

Ese es el objetivo de la comparecencia que se producirá este miércoles, registrada a petición propia para hablar de los resultados de las últimas cumbres internacionales y también sobre la “situación de los servicios públicos en España”. La inclusión de ese tema no es baladí porque Sánchez pretende retratar a Alberto Núñez Feijóo frente al espejo de la “negligencia” durante la dana que dejó 229 muertos, el escándalo de los cribados del cáncer de mama en Andalucía, la gestión de los incendios de este verano en Castilla y León, y de los fallecidos en las residencias sin ser trasladados a los hospitales durante lo peor de la pandemia por decisión del ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso, según fuentes gubernamentales.

Confrontar modelos es la intención de Moncloa en ese nuevo cara a cara de Sánchez y Feijóo. “Es nuestra estrategia. Ante el ruido, nosotros a hacer cosas que decantan el voto. Tenemos la convicción de que el ciudadano ha puesto ya sobe la mesa que el PP es un desastre gobernando, que no sabe gestionar”, apuntan esas fuentes. El presidente tendrá horas para echar en cara los problemas de sus barones a Feijóo, que llega al debate con la crisis sucesoria de Carlos Mazón abierta y en plenas negociaciones con Vox en la Comunitat Valenciana mientras su candidata en Extremadura, María Guardiola, marca distancias con la ultraderecha.

Debates que se dan por amortizados

En Moncloa creen que el PP les da parte del trabajo hecho con sus propias contradicciones y errores. Cuando se registró la comparecencia de este miércoles, la pretensión de Sánchez era ahondar en la herida que supone para los de Feijóo el debate sobre el aborto después de los populares apoyaran una iniciativa de Vox en el Ayuntamiento de Madrid para obligar a los servicios municipales a informar de un falso síndrome post-aborto a las mujeres que acudieran a interrumpir su embarazo. Ahora Feijóo ha intentado apropiarse de la subida de las pensiones, con la presentación de una proposición de ley, a pesar de que el PP ha votado varias veces en contra. “El Partido Popular debe tener mala conciencia por haber tumbado el real decreto ley que garantizaba la revalorización de las pensiones en 2025, creando una gran inseguridad entre los pensionistas”, han respondido en el Gobierno.

Después de que Sánchez salvara la comparecencia en la comisión de investigación del Senado sobre la corrupción, el PP ha insistido en que se aborde el asunto también en ese debate en el Congreso. “Muy bien. Hablemos de corrupción. De Quirón en la sanidad madrileña”, dicen en Moncloa, donde consideran que el presidente le ha cogido el punto a Feijóo en este tipo de duelos. “Siempre salimos victoriosos”, presumían hace unos días.

“Un Gobierno cae por la crispación en la calle, no por la crispación en las tertulias”, agregan esas mismas fuentes, que reconocen haber dejado atrás el momento ‘horribilis’del informe de la UCO que situó a Santos Cerdán en el epicentro de la trama corrupta. “Nos da igual lo que diga el PP y, sobre los tribunales, salvo lo que tiene que ver con Ábalos, Koldo y Cerdán, que ya hemos pedido perdón, tenemos la tranquilidad de que la verdad nos salva”, argumentan la misma semana que se ha confirmado el procesamiento del hermano de Sánchez, que ha comenzado el juicio al fiscal general del Estado y que la Audiencia Nacional ha aceptado investigar los pagos en metálico del PSOE a Ábalos y Koldo.

“Cuenta con nuestra confianza. Creemos en su inocencia”, respondió el viernes Sánchez sobre el fiscal general, Álvaro García Ortiz. “Espero que el tiempo ponga las cosas en su sitio”, remató, tras mostrar confianza en el ministerio público y el Supremo. Aunque nadie se aventura a anticipar cómo acabará ese caso, en el Gobierno creen que el relato va quedando claro después de que el testimonio de varios periodistas pusiera en cuestión que los correos de la pareja de Ayuso fueran secretos cuando llegaron al fiscal general reforzando la tesis de la defensa y la Fiscalía mientras que el paso por el Supremo del jefe de gabinete de la presidenta madrileña, Miguel Ángel Rodríguez, sirviera para insistir en sus bulos.

La debilidad parlamentaria, el problema que el Gobierno minimiza

Más allá de que los casos judiciales estén o no amortizados y de la batalla del relato, el verdadero problema que tiene el Gobierno es el bloqueo de la legislatura que ha anunciado Junts al asegurar que votará en contra de todas las iniciativas que están en el Congreso, a excepción de cinco que ya estaban pactadas, y de las que lleguen a partir de ahora. La decisión deja al Gobierno sin mayoría para aprobar nada.

La intención de Míriam Nogueras es que Sánchez explique cómo pretende gobernar en esas circunstancias. “Han decidido aferrarse al poder, pero no gobernar”, expresó la portavoz parlamentaria este jueves al anunciar la presentación de 25 enmiendas a la totalidad contra leyes del PSOE y Sumar en tramitación.

Pese a la amenaza, que deja en la práctica la legislatura en vía muerta, lo que sostienen en el Gobierno es que van a mantener “la hoja de ruta” hasta 2027 y que la única forma para acabarla antes es una moción de censura que ven por ahora imposible, ya que requeriría del apoyo de PP, Vox y Junts. El mensaje de Sánchez es que ha ido cumpliendo con sus compromisos y que trabaja para lograr los que no dependen en exclusiva de él, como la oficialidad del catalán en la UE. Además, se ha reactivado la propuesta de Junts para modificar el Código Penal para endurecer los castigos por multirreincidencia, aunque Podemos ya anticipa el rechazo.

Sánchez ofrece la “receta” del “diálogo, de comprensión, de compromiso, de voluntad, de llegar a acuerdos, de no imponer, sino de construir y compartir”, pese al nuevo portazo de Junts. “Me tomo muy en serio, lógicamente, lo que dicen los grupos parlamentarios, pero creo que el esfuerzo merece la pena y que debemos perseverar en este empeño porque los resultados están ahí”, expresó en una rueda de prensa.

Y es que en Moncloa no terminan de creerse el órdago de los de Carles Puigdemont. “El día a día del Congreso creemos que no va a cambiar. Cualquier análisis periodístico o político ya podía dividir lo que iba a salir y lo que no iba a salir. Lo que era difícil, sigue siendo difícil”, minimizan fuentes gubernamentales, que recuerdan que ya hay cinco excepciones al veto (las normas previamente acordadas): “Va a haber otras diez más”.