Explican los manuales de medicina que la técnica de radiofrecuencia para combatir la pubalgia consiste en la aplicación de ondas electromagnéticas para generar calor controlado en los tejidos afectados, reducir el dolor y la inflamación y acelerar la regeneración. Este es el método utilizado por el doctor Ernest Schilders para tratar la lesión de Lamine Yamal. En otros casos se mezclan fisioterapia, trabajo activo y punción seca, que es lo que podrían estar siguiendo Franco Mastantuono y Nico Williams, que también sufren desde hacen varias jornadas un dolor en la zona del pubis provocado por una sobrecarga muscular.
Son tratamientos conservadores que que evitan el paso por el quirófano. «Las intervenciones por osteopatía de pubis en deporte profesional ya apenas se realizan porque se ha avanzado mucho en prevención y fisioterapia. Antes, pasar por el quirófano suponía estar de baja durante un par de meses», explica David López Capapé, traumatólogo, especialista en medicina deportiva.
Este doctor incide en que una de las causas de la pubalgia es el recargado calendario: «Las lesiones en la zona que ocupa el abdomen, el aductor y la pelvis se genera por actividad intensa y exigente. En los futbolistas, el elevado número de partidos y entrenamientos favorece el aumento de las lesiones. Hay que llegar a un equilibrio entre trabajo y descanso. Hay que utilizar el sentido común y disputar menos encuentros».
«Lo peor de la pubalgia es que puede terminar siendo una dolencia crónica. Sin duda que estas lesiones están relacionadas con el tiempo de exposición de los futbolistas y la elevada nómina de partidos», añade Diego García-Germán, taumatólogo.
«Los regates, los chuts, forzando la cadera, favorecen la aparición de la pubalgia», recalca, a EL MUNDO, García-Germán.
«Esta lesión es muy puñetera, porque no hay nada que lo solucione de forma de rápida y porque puede convertirse en crónica. También es traicionera, porque unos días parece que estás bien y más tarde reaparece», incide López Capapé.
Los expertos sostienen que la radiofrecuencia que se ha aplicado a Lamine va directamente al nervio, quita la sensación de dolor, pero no es un remedio definitivo. El autor de esta técnica es el belga Ernest Schilders, un prestigioso cirujano ortopédico especialista en cirugía mínimamente invasiva en cadera e ingle. Ha tratado a futbolistas, tenistas, jugadores de rugby y estrellas de la NBA.
Ondas de choque
«Últimamente han surgido nuevos enfoques de tratamiento que combinan fisioterapia avanzada, readaptación funcional y técnicas regenerativas. Entre ellas, destacan las infiltraciones de corticoides de depósito guiadas por ecografía, la aplicación de plasma rico en plaquetas o el uso de ondas de choque para estimular la reparación de los tejidos. Además, la planificación de un programa de fortalecimiento progresivo y coordinado entre abdomen, aductores y musculatura de toda la faja abdominal es esencial para corregir el desequilibrio que originó la lesión», explica Luis García, fisio especializado en deporte y profesional de la clínica iQtra Medicina Avanzada.
El objetivo, según Luis García, es recuperar la función, eliminar el dolor y permitir al futbolista volver a entrenar y jugar con seguridad, evitando recaídas: «Un abordaje multidisciplinar y personalizado es clave para lograr una recuperación completa, que puede producirse entre tres y seis semanas si se detecta y se trata en fases tempranas. La clave es no competir con dolor, porque eso prolonga la lesión y alarga los plazos hasta cuatro o seis meses».
Asimismo, los facultativos consultados por este periódico advierten de que el reposo absoluto no es recomendable y que la pubalgia puede generar descompensaciones biomecánicas que provocan molestias y lesiones.
Algunos señalan que no es casualidad que Lamine, Nico Williams y Mastantuono sufran esta lesión, los tres son muy jóvenes, en proceso de formación y regateadores que hacen movimientos explosivos. «Los futbolistas realizan carreras con aceleraciones y frenadas bruscas, giros rápidos y golpes al balón que exigen un trabajo constante de la musculatura abdominal y aductora», dice Luis García. Eso sí, es necesario fortalecer la musculatura pélvica y abdominal, descansar adecuadamente y evitar el sobre entrenamiento. También hay que reducir los sprint, saltos y cambios de dirección… Todo eso que distingue a Lamine, Nico y Mastantuono.
