Con Lamine o sin Lamine, España llega virtualmente al Mundial con pasos de gigante, goleada tras goleada. Lo hacen otras ilustres, claro, pero ninguna con semejante solvencia y variedad de recursos. Sin la estrella azulgrana ni Nico Williams, pero tampoco Rodri, quien levantó el Balón de Oro que la Eurocopa merecía, pasó por Georgia como lo haría una centuria romana, con el orden y la espada, para desesperación del bárbaro Kvaratskhelia o el firme Mamardashvili, dos top en tierra extraña.
La autoridad en el juego y el gol, no sólo la que le confiere el primer lugar del ranking FIFA, no es la misma que España tiene frente a sus estrellas, como ha puesto de manifiesto el caso Lamine. Los jugadores son propiedad de los clubes y eso implica que la Federación deba manejar las convocatorias con sensibilidad, pero también con la exigencia de respeto.
Nadie piensa en un Mundial sin Lamine, ni el jugador ni De la Fuente ni Laporta, que sabe bien dónde y cuándo se revalorizan los activos, pero los resultados demuestran que esta España tampoco depende de Lamine. A todos les conviene, pues, respetarse, porque eso significa respetar a los que juegan, golean y callan.
El azulgrana es, como Nico Williams, un especialista de la banda, pero con un juego hacia adentro mortal. Si están, la dirección del juego es unívoca. Si no, España encuentra otros caminos, dada la versatilidad de los recursos de que dispone De la Fuente. En el centro del campo tiene futbolistas para dos selecciones. La crecida de Zubimendi, la consolidación de Alex Baena o la llegada de Barrios, todos con minutos y brillantez ante Georgia, en un día sin Rodri ni Pedri, son el ejemplo.
Oyarzábal, de nuevo con dos goles, es ya algo más que una alternativa a Morata. Borja, que dispuso de ocasiones, estuvo entre los cambios escogidos por De la Fuente cuando el partido ya estaba definido. Eran sustituciones en un once sin muchos de los titularísimos, y la realidad es que, pese a los intentos de una orgullosa Georgia, España mantuvo el tono en Tiblisi para sumar 30 partidos sin perder, un récord, 19-0 goles en esta fase de clasificación y dejar el pase al Mundial pendiente sólo del sello, un formalismo.
