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Al menos 21.000 niños gazatíes han quedado discapacitados desde el inicio de la guerra

El conflicto que azota la Franja de Gaza desde el pasado octubre de 2023 ha convertido la vida de los gazatíes en una tortura en la que el miedo, la muerte y la destrucción se ha convertido en costumbre, especialmente para los niños y las personas vulnerables, quienes más sufren las consecuencias de la guerra. 

Según un informe de un comité de la ONU, al menos 21.000 niños en Gaza han sufrido algún tipo de discapacidad desde el inicio del conflicto y de dicha cifra, al menos una cuarta parte sufren «deficiencias permanentes». Además, tal y como detalla el mismo, su situación es tan vulnerable y grave que muchos de ellos sufren «estrés psicológico, depresión, ataques de pánico, llanto continuo y trauma». 

Este problema se agrava aún más debido al colapso de los sistemas de atención a las personas discapacitadas en la Franja, lo que imposibilita el cuidado de este tipo de personas y aumenta la probabilidad de su muerte. De hecho, este factor ha llevado muchas veces a practicar amputaciones de extremidades sin anestesia. En este sentido, se estima que el 94% de los hospitales en Gaza han sido destruidos, por lo que este factor, añadido a la falta de personal, complica aún más su situación e incluso puede aumentar el nivel de discapacidad de los afectados. 

Esto no solo complica la situación de los niños gazatíes discapacitados como consecuencia de la guerra, sino también de aquellas personas que antes del conflicto ya contaban con una discapacidad. De hecho, mientras que antes había capacidad para unas 52.000 personas discapacitadas, ahora tan solo hay hueco para unas 2.500, lo que supone una vulneración de los derechos de gran parte de la población. 

Otra de las claves es la dificultad añadida de estas personas para afrontar la guerra, pues muchos de ellos sufren una «rutinaria exclusión» en las operaciones de distribución de ayuda humanitaria o incluso maltrato en los centros de detención de Israel, tal y como informa EFE