Marc Márquez no tendrá opción de lograr su noveno Campeonato del Mundo de Motociclismo (el séptimo en MotoGP) el domingo que viene en Misano. Su hermano Álex, quien venía demostrando ser el que tenía el mejor ritmo de carrera desde los entrenamientos libres del viernes, se resarció de la postrera caída que le impidió llevarse la sprint race del sábado con una victoria incontestable en el Gran Premio de Cataluña.
En Montmeló, a diferencia de lo que sucedió en Jerez, compitió cara a cara con el mayor en todo momento para acabar encaramándose por segunda vez en su carrera al primer escalón del podio en la máxima categoría y colocarse a 182 puntos de distancia de la cabeza de la tabla, con lo que el alirón de Marc, en este caso, tendrá que esperar hasta que empiece el periplo por Asia, con Japón, muy posiblemente, como la primera cita marcada en rojo en la agenda.
El mayor de los Márquez, desde luego, celebró el triunfo de Álex a lo grande. Después de que su hermano acudiera hasta la décima curva, la misma en la que el triunfo en la sprint race del sábado se le escapó de entre los dedos, para festejar su victoria haciendo la croqueta, y tras hacer un primer baile en solitario ante la grada en la que se concentraban sus seguidores, lo esperó para bailar con él sobre las protecciones y acabar revolcándose fundidos en un abrazo.
Poco después, en el paddock, cómo no, siguieron las fraternales felicitaciones, ante la mirada, en este caso, de un Enea Bastianini que tenía también motivos para estar contento: su primer podio con una KTM. «El principio de la temporada fue una montaña rusa, pero ahora por fin los resultados estaban un poco más en el aire. Para lograr este podio he dado el 100%, e incluso pensé, por un momento, en la victoria, pero cuando los otros dos dieron el tirón ya fue imposible alcanzarlos», señaló el italiano tras la carrera.
«La verdad es que he dado el máximo, he hecho la carrera perfecta, tratando de no destrozar el neumático delantero. En la cuarta vuelta, podía adelantarlo en la recta, pero pensé que la mejor estrategia era destacarse con respecto a los demás. En las últimas, ha sido más complicado. Intenté apretar, pero me fui largo en la curva en la que tuve el susto el sábado. Al final, estoy muy contento, por Álex y por mí. En un circuito difícil hemos logrado terminar segundos», señaló por su parte un sonriente Marc Márquez.
«Me siento súper bien, aún tengo un poco la espinita de la carrera del sábado y por eso pensé ‘esta me la tengo que quedar’. Se trató de tirar toda la carrera, gestionar bien los neumáticos y, a seis vueltas del final, busqué a ver si tenía algo más y crear tirón. Ante todo, quiero darle las gracias a todo el equipo: estamos donde se merece estar», terció finalmente un Álex que firmó toda una exhibición sobre el asfalto.
Después de una salida fulgurante desde la pole conseguida el sábado, su hermano, Marc, no tardó mucho en darle un zarpazo para ponerse en cabeza. Pero, lejos de dejarse amedrentar, supo preparar el golpe con el que, en el arranque de la cuarta vuelta, y tras un breve toma y daca, lograría recuperar el primer puesto. A partir de ahí, Álex marcó un ritmo altísimo, que le permitió, pese a algún titubeo, mantenerse en todo momento por delante de su ilustre hermano mayor, en una carrera en la que Marco Bezzecchi, Fabio di Gianantonio, quien acabaría abandonando finalmente la prueba tras volver a la pista, Brad Binder, Johann Zarco, Álex Rins, Lorenzo Salvadori y Franco Morbidelli dieron con sus huesos en el asfalto.
Martín y Bagnaia, con buen ritmo
Meritorias serían también las actuaciones de Jorge Martín, capaz de alcanzar el décimo puesto tras partir desde la plaza número 17 de la parrilla por una sanción sobre Joan Mir, y, sobre todo, de un Pecco Bagnaia que se reencontró en parte con sus mejores sensaciones para acabar terminando la prueba como séptimo clasificado tras haber partido desde el puesto número 21, resarciéndose así en gran parte en un fin de semana en el que sus sensaciones estaban tremendamente lejos de las de un antaño que, a decir verdad, tampoco es excesivamente lejano.
En cuanto al resto de pilotos españoles, Pedro Acosta, quien logró ponerse prácticamente a rueda de Marc Márquez en las primeras vueltas, se quedó a las puertas del podio con una para nada desdeñable cuarta plaza tras verse perjudicado por su elección de neumáticos. Raúl Fernández, por su parte, fue undécimo, Joan Mir, duodécimo, Maverick Viñales, decimotercero, Fermín Aldeguer, decimoquinto y Aleix Espargaró, que competía con una wild card, finalmente, cerró la clasificación con el decimoséptimo puesto.