Saben aquello de que todo lo que puede salir mal sale mal. El Atlético está en esas y también el Mallorca. Los rojiblancos buscaron con ahínco la victoria ante un conjunto bermellón muy defensivo. Entonces, en un partido que olía a empate, Sorloth cometió una imprudencia que alejó la victoria y puso al líder de la liga a tiro de prismáticos. Pero, cosas del destino, Gallagher adelantó a los de Simeone cuando estaban con 10 para luego ver como Muriqi igualaba poco después. La vida y la tostada, para ambos cayendo por el lado de la mantequilla. [Narración y estadísticas, 1-1]
El partido empezó algo siestero, con combinaciones lentas de los rojiblancos y un Mallorca plantado a pie quieto en un 5-4-1 que mostraba las cartas de Arrasate en este encuentro y su jugada pasaba por no encajar. Sólo dos genialidades estuvieron a punto de romper esa tela de araña: un córner olímpìco de Raspadori y un disparo desde su casa de Pablo Barrios. En ambas, Leo Román respondió con apuros.
No terminaría ahí el protagonismo del portero mallorquín. En el minuto 11, Raíllo mandaba a Julián al punto de penalti tras sacar una mano imprudentísima en el área. Pero el guardameta adivinó el lanzamiento del argentino, sorprendente su titularidad tras unas molestias en la rodilla aparecidas tras el duelo ante el Villarreal, y consiguió detener el lanzamiento.
El error espoleó al Atlético, que se lanzó a la portería rival como si fuera perdiendo en el marcador. Hubo jugadas de paciencia, roturas de Raspadori salvadas también por Román y una presión adelantada con la que incomodar a un Mallorca demasiado hundido. Quizás la posición en la tabla tras cuatro jornadas haya restado la confianza con la que el equipo bermellón terminó la temporada pasada. Tardó 20 minutos en cruzar la divisoria, aunque luego se intentó animar viendo que jugaba en casa y Valjent, desde lejos, probó a Oblak por si sonaba la flauta.
Los rojiblancos apretaron, movieron el balón y mordieron, pero sus acometidas terminaban por morir en la orilla. Faltaba ese jugador que rompiera una línea en conducción y más ante una pobladísima defensa, por momentos, con los 10 jugadores de campo mallorquines en las inmediaciones de su propia área, Muriqi incluido.
Nico y Llorente son la mejor noticia en cuanto a verticalidad se refiere. Quizás un poco sólo el primero y demasiado retrasado el segundo. Necesita gol el equipo de Simeone y el madrileño ya mostró en Anfield que puede encontrarlo. A Giuliano, en cambio, se le vio menos, bien sujetado por Mojica y quizás Julián no estuviera al 100%.
Terminados los primeros 45 minutos con empate a cero, comenzarían los cálculo. Unos porque se les escapaba el tren de cabeza, quién sabe si ya de manera definitiva, otros porque son conscientes de que cuando uno se mete en la guerra por salvar el descenso, sabe que puede salir, pero nunca sin magulladuras. Así, el Atlético se lanzó al inicio de la segunda parte a por los tres puntos con claroscuros de Giuliano rematando horrible un gran centro de Nico y rompiendo por la banda para asistir a Julián, que se encontró de nuevo con un superlativo Román.
Expulsión y caos
Simeone movió el árbol a veri si sonaba la flauta. Griezmann y Sorloth aparecieron en la punta de ataque y Nahuel entró por Giuliano para intentar acercar más a Llorente a portería. El técnico intentó apelar a la racha del madrileño, no se marcan dos goles todos los días. La esperanza era que apareciera aquel noruego del banquillo de la temporada pasada que terminó con 20 tantos en liga, la mayoría como sustituto. No le dio ni tiempo porque en una plancha de toda la vida, Hernández Maeso vio juego brusco grave y le echó a la calle.
La empresa se complicaba así que tocaba sacar a los héroes. Ese movimiento de adelantar a Llorente iba a funcionar y el madrileño cazó un balón al espacio para chutar ante un inmenso Román, pero este despejó hacia Gallagher, que no perdonó. Pero la alegría no duró mucho porque Muriqi cazó un centrochut de Virgili para igualar el marcador. El asedio final del Mallorca no movió un empate que no vale a nadie, habrá que hacer otros rituales para acabar con el mal de ojo.
