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China se prepara el súpertanque que podría poner en apuros a los tanques avanzados de EEUU y de la OTAN

Pekín se prepara para mostrar músculo militar en el desfile del Día de la Victoria, el próximo 3 de septiembre, donde todo apunta a que el Ejército Popular de Liberación presentará su nuevo carro de combate estrella. Se trata del ZTZ-201 —también citado en algunos informes como ZTZ-20—, un tanque de última generación que ya ha sido captado en ensayos previos y que muchos analistas consideran un giro en la doctrina militar china.

El ZTZ-201 rompe con el modelo tradicional de blindados pesados. Su peso, estimado entre 35 y 40 toneladas, es bastante inferior al del Tipo 99A, lo que le otorgaría mayor movilidad y capacidad de despliegue en escenarios complicados, como terrenos montañosos o anfibios. Según las filtraciones, este tanque apuesta menos por el grosor del blindaje y más por la protección activa, una lección extraída de la guerra en Ucrania, donde drones y misiles de precisión han demostrado que la coraza por sí sola ya no basta.

Su armamento principal sería un cañón de 105 mm de nueva generación, capaz —si se confirman los datos— de rivalizar con los sistemas de 120 mm de la OTAN y los 125 mm rusos. Además, se especula con que el diseño modular permitiría instalar una versión de 125 mm para misiones específicas o exportación. A este se sumarían sistemas de armas remotas contra drones y un alto nivel de digitalización: desde sensores ópticos y radares de 360 grados hasta gafas de realidad aumentada para la tripulación.

El tanque funcionaría con un sistema híbrido diésel-eléctrico de más de 1.500 caballos de fuerza, lo que le permitiría moverse en silencio en modo eléctrico y reducir su firma térmica y acústica. Una ventaja pensada tanto para misiones de infiltración como para emboscadas.

La configuración de tres tripulantes en una cápsula blindada, con torreta no tripulada, recuerda al T-14 Armata ruso. El objetivo: separar a la tripulación de la munición y aumentar las posibilidades de supervivencia.

China parece apostar así por un blindado más ligero, versátil y conectado, en contraste con los tanques pesados de otras potencias. Su despliegue podría facilitar operaciones en zonas de difícil acceso —como el Himalaya— y, sobre todo, en escenarios clave como el estrecho de Taiwán.

En el tablero internacional, el ZTZ-201 se situaría en la misma liga que el Panther alemán, el K2 surcoreano o el Abrams X estadounidense, aunque con un enfoque propio: menos blindaje, más movilidad y un arsenal de sistemas electrónicos diseñados para neutralizar drones. Una estrategia que refleja hasta qué punto la experiencia de Ucrania está reescribiendo las reglas del combate blindado.