El Museo del Louvre ha cerrado temporalmente sus puertas tras el robo de ocho joyas de Napoleón y la Emperatriz Eugenia perpetrado este domingo por la mañana.
Ése es el relato ofrecido por los ministros franceses del Interior, Laurent Núñez, y de Cultura, Rachida Dati, que acudieron poco después de los hechos al que es el museo con más visitantes del mundo, 8,7 millones el pasado año.
El Louvre explicó que todo ocurrió a las 09.30 (07.30 GMT) de la mañana, unos momentos después de que hubiera abierto las puertas cuando llegó el comando formado, según el ministro, por tres o cuatro hombres.
Llegaron por el flanco sur del museo, el que da al río Sena, en dos motos y en un camión con un montacargas como los que se utilizan en las mudanzas y que usaron para subir al primer piso y más en concreto a la galería Apolo, en la que entraron dos de ellos después de haber hecho una brecha en el cristal de una ventana con un disco de corte. Dos de ellos, los que subieron por el montacargas, iban vestidos como obreros con chalecos amarillos.
Mientras, el Louvre advirtió sobre la marcha que cerraba sus puertas a los visitantes «por razones excepcionales».
Según los primeros indicios, los ladrones accedieron directamente a la Galería Apolo, que además de ser una obra de arte barroco alberga parte de la colección de las joyas de la corona de Francia.
El ministro de Interior Laurent Nuñez aseguró que las joyas son de «un valor incalculable» y confirmó que el robo fue posiblemente perpetrado por tres o cuatro personas. Aparentemente, los ladrones huyeron del museo usando el mismo camino y antes de que los guardias de seguridad pudieran advertir la ausencia de al menos ocho valiosas piezas, aunque en un principio se habló de nueve piezas. La investigación apunta que los ladrones eligieron el objetivo a conciencia y tenían un conocimiento de los sistemas de seguridad dentro del edificio.
Los ladrones se han llevado ocho piezas de la colección de joyas de Napoleón III y de la emperatriz Eugenia de Montijo, que se encontraban en las vitrinas dedicadas a Napoleón y a los Soberanos Franceses.
La ministra de Interior Rachida Dati confirmó que una de las joyas había sido recuperada «en las inmediaciones del museo». Se trata, según Le Parisien, de la corona de la emperatriz Eugenia que se habría roto durante el atraco. La corona de la esposa de Napoleón III, típica de las coronas imperiales, está compuesta por 1354 diamantes y 56 esmeraldas, según la descripción publicada en la página web del Louvre.
Según Le Parisien, los objetos robados son una diadema, un collar y unos pendientes de la reina María Amelia y de la reina Hortensia. Un collar de esmeraldas y unos pendientes de la reina María Luisa. Un broche llamado broche relicario, una tiara de la emperatriz Eugenia y un gran lazo de corpiño (broche) también de la emperatriz Eugenia. El medio francés también informa de que además de la corona de la emperatriz Eugenia se recuperó un segundo objeto, aunque se desconoce cuál.
Dati aseguró que los autores son seguramente «profesionales». La ministra reconoció que en las últimas cuatro décadas no se han adoptado las medidas necesarias para prevenir robos en los grandes museos franceses.
Una fuente interna del Museo del Louvre, afirma que el famoso Régent, el diamante más grande de la colección, con un peso de más de 140 quilates, no ha sido robado.
Los autores del robo accedieron directamente desde el exterior a los ventanales de la galería Apolo usando una plataforma hidráulica instalada en un camión, según detalló el ministro de Interior. Un patinete eléctrico supuestamente usado por los ladrones fue hallado por la policía en el lugar desde donde se perpetró el robo.
«Usaremos todos los medios a nuestro alcance para recuperar el botín», advirtió por su parte la prefectura de París en un comunicado. El robo causó entre tanto un revuelo político, capitaneado por Jodan Bardella, presidente de Agrupación Nacional. «El Louvre es un símbolo mundial de nuestra cultura», declaró Bardella. «Lo ocurrido es una insoportable humillación para nuestro país».
La policía ha evacuado el patio de entrada al museo en la pirámide y al lugar de los hechos ha acudido también el ministro del Interior, Laurent Núñez, que ha confirmado que no hubo heridos. «Fue necesario evacuar a las personas, principalmente para preservar rastros y pistas, de modo que los investigadores pudieran trabajar con tranquilidad», ha declarado. «La evacuación del público se llevó a cabo sin incidentes», ha explicado el Ministerio del Interior.
Núñez, también ha informado de que robaron «joyas de un valor patrimonial e histórico inestimable» y de que el asalto «duró siete minutos». «Estaba planificado y usaron disquetes para cortar las ventanas», ha añadido el ministro del Interior.
«Está claro que estamos ante Arsène Lupin. Hasta ahora, ha sido un guion cinematográfico. Cuesta imaginar que sea tan fácil robar en el Louvre», ha declarado el alcalde de París, Ariel Weil, que ha afirmado encontrarse «atónito» y «en shock» ante este suceso.
El Louvre, el museo más popular del mundo (con más de ocho millones de visitantes al año), ha sufrido decena de robos a lo largo de su historia. El más sonado de todos fue el de Mona Lisa en 1911, cuando un ex trabajador del museo (Vicenzo Peruggia) fue capaz de llevarse el lienzo enrollado bajo el abrigo y dejar en su lugar el marco. La obra maestra de Leonardo Da Vinci fue recuperada dos años después en Florencia.
Otro de los robos más sonados ocurrió en 1983, cuando desaparecieron dos piezas de armadura de la era del Renacimiento. El Louvre es el museo más popular del mundo (con más de ocho millones de visitantes al año) y está pasando por obras de remodelación anunciadas este mismo año por el presidente Emmanuel Macron.
