«Para jugar de titular en el Real Madrid hay que chupar banquillo». Carlo Ancelotti nunca dice algo por decir en las ruedas de prensa. Siempre hay un mensaje. Y durante meses sus palabras sobre Arda Güler, hoy eje central de la Turquía que se mide a España, fueron muy contundentes: paciencia, paciencia y más paciencia. Es decir, banquillo. El técnico italiano maneja sus vestuarios desde lo mental a través del consejo directo y el apoyo familiar. El fútbol y la táctica llegan después. Y en el caso de Güler, sus dos años en el conjunto blanco han tenido mucho de cabeza y poco de pies. Primero las lesiones y luego la gestión de Carletto le dejaron lejos del césped y con un runrún constante a su alrededor. También a su familia y entorno, intensos, por momentos, en sus peticiones al entrenador.
«Lo pasó mal, pero maduró tanto física como mentalmente», recuerdan en Valdebebas. «Ahora su caso es totalmente diferente», insisten. Ahora, Güler es el núcleo del esquema de Xabi Alonso, más decidido a invertir minutos en el otomano que a gestionar su evolución desde la banda. Y lejos de Chamartín, Arda es, ya desde hace meses, principio y fin de la selección de su país, patriótica y pasional.
Ayer, de hecho, fue el elegido para hablar con la prensa en la previa del partido de hoy contra la selección española. Tímido, medio sonriente, en realidad no dijo gran cosa. «Es un partido muy importante. Ellos son muy buenos, pero nosotros tenemos muchas ganas. He hablado con Carvajal y Huijsen estos días y espero volver a Madrid como vencedor», se limitó a explicar.
Más cerca del eje
Ya en la Eurocopa de Alemania, disputada el verano pasado, Güler había encontrado en el nido de la expedición turca su momento de liberación y explosión. Fue titular indiscutible para Vincenzo Montella, marcó un golazo contra Austria y sumó dos asistencias, una en octavos y otra en cuartos, donde su país cayó, peleando, ante Países Bajos.
El torneo empujó todavía más su condición de nuevo líder de la selección y le inclinó hacia una zona más centrada en el campo. Para Ancelotti había sido extremo derecho en el 4-3-3 del Madrid, pero Montella, que dispuso dos carrileros largos en Alemania, le quiso más cerca del eje central. Ya no salió de ahí.
A pesar de que Ancelotti le dejó varias semanas fuera del once en varias fases de la temporada pasada, incluida una ronda de cuatro encuentros consecutivos en los que se quedó sin jugar, en Turquía Güler encontraba el balón negado en Chamartín. Fue titular en los seis encuentros de la fase de grupos de la Liga de Naciones, en la eliminatoria contra Hungría en marzo, en la que se perdió la ida por sanción, y antes del Mundial de clubes en los amistosos ante Estados Unidos y México.
Ahí, en tierras norteamericanas, la situación de Güler dio un vuelco de 180 grados. La llegada de Xabi Alonso al banquillo del Madrid ha sido una bendición para el turco, que ha encontrado la confianza del vasco desde el primer minuto. «Hay que invertir minutos en él. Que juegue, que se equivoque», fueron las primeras palabras del tolosorra. Un discurso radicalmente distinto al de Ancelotti. Fue suplente en el debut ante el Al-Hilal y desde ese día no ha vuelto a ver un inicio de partido desde el banquillo. Siempre desde el eje central del mediocampo, alejado de la banda, en contacto con el balón y con peso en la construcción de juego.
El Mundial lo cambió todo
Un gol y dos asistencias en el Mundial de clubes fueron su carta de presentación hacia Alonso, ya enamorado de él. Y tras el verano, la confirmación. Güler ha sido titular en las tres primeras jornadas de Liga. Llevó el timón contra Osasuna, dio una asistencia ante el Oviedo y marcó contra el Mallorca. Siempre, de nuevo, desde una posición de interior que parece fijada a medida para él. Acude a la base de la jugada para construir, recibe entre líneas, conecta con Mbappé y Vinicius… El peso del balón madridista es suyo y la evolución física, cumplidos los 20 años, se nota. Y Turquía sonríe.
Ante Georgia, otra asistencia. «Vi todos los partidos de Arda este año. Lo vi jugar detrás del delantero y en el mediocampo, lo vimos en diferentes posiciones. Es un futbolista que ve todas las zonas y tiene la capacidad de jugar en cualquier puesto», ha admitido Montella esta semana.
Contra España, el duelo le cruza con Pedri en un cara a cara que amenaza con trasladarse también a la Liga. El Madrid, destrozado por el Barça en los últimos clásicos, necesita hacerle frente con balón y ahí surge Güler. El Turquía-España, prueba de fuego.