El Ministerio de Cultura prepara modificaciones de calado para el Bono Cultural Joven cuatro años después de su puesta en marcha. Y una de las más relevantes es conseguir que las familias con rentas bajas puedan acceder a la ayuda de 400 euros para gastar en productos o actividades culturales de sus miembros cuando cumplan los 18 años. Porque, hasta el momento, esos hogares son los que más dificultades están teniendo para recibirlos, pese a que la intención del Gobierno era precisamente llegar a ellos cuando puso en marcha la medida.
Según ha podido saber EL MUNDO, el departamento que dirige Ernest Urtasun está buscando asociaciones del tercer sector, acostumbradas a trabajar con las personas con menos recursos, para que ejerzan de nexo de unión entre la administración y quienes soliciten las ayudas ya en la convocatoria del año 2026, que afectará a aquellos que hayan nacido en el año 2008. Desde el Ministerio de Cultura reconocen que éste es un problema al que se enfrentan gran parte de las convocatorias de ayudas públicas: los hogares con menos renta las solicitan menos.
Teniendo en cuenta los datos a los que ha accedido este diario, en su primera convocatoria, la de 2022 -que es la única con datos ya consolidados-, sólo un 30% de los hogares con rentas inferiores a los 9.400 euros solicitaron el bono cultural. Ese porcentaje aumenta hasta el 53% entre aquellos cuya renta se sitúa entre los 32.000 y los 39.000 euros y ronda el 69% en aquellos por encima de los 83.000 euros. Es decir que a medida que crecen los ingresos en los hogares también se pide más el bono. Desde el Ministerio apuntan que esos porcentajes se pueden haber modificado con el paso de los años porque «el conocimiento del bono es mayor»
«Estamos buscando firmar convenios con esas entidades del tercer sector para poder resolver esa cuestión», apuntan fuentes del ministerio, que también señalan que se debe «dar amplitud» a la cobertura del bono porque, en estos momentos, «está muy orientado al consumo» y «no tanto a la creación artística». Esa es otra de las modificaciones que prepara el departamento de Urtasun, tal y como adelantó la pasada semana El País. En una licitación pública, el Gobierno afirma que el bono, además de en productos y actividades culturales, se podrá destinar también al gasto en materiales e instrumentos para la práctica artística y también inscripciones para cursos y talleres de formación. No obstante, el Ejecutivo tendrá que abordar la modificación del Real Decreto que regula estas ayudas (Real Decreto 191/2023) para poder aplicarlas estos cambios.
Desde el Ministerio de Cultura, están buscando también la fórmula para «acotar» qué tipo de instrumentos o materiales se consideran dentro del epígrafe de creación artística. «Con un móvil se puede grabar un corto, pero no se puede considerar un instrumento para la creación artística«, señalan desde el gabinete de Urtasun.
La de 2026 será la cuarta convocatoria del Bono Cultural Joven, que supone un gasto de unos 170 millones de euros anuales de los fondos públicos del Estado. Esa ayuda, que se puso en marcha durante la etapa de Miquel Iceta al frente de Cultura, se presentó como «la iniciativa pública más transversal» que el Ministerio había puesto en marcha porque permitía que los jóvenes de 18 años pudieran gastar los 400 euros de ayudas «en cine, teatro, ópera, libros, prensa, museos, danza, música, festivales, videojuegos, películas y series en línea». El objetivo era que los jóvenes, al llegar a la mayoría de edad, se acercaran al mundo de la cultura.
Según los datos que aporta el Ministerio de Cultura, las solicitudes han ido aumentando con el paso de los años desde que se puso en marcha. En la convocatoria de 2024, el bono fue reclamado por el 65% de sus potenciales beneficiarios. Para pedirlo, los jóvenes han de registrarse y realizar el procedimiento de solicitud en la web del Bono Cultural Joven, hasta el próximo 31 de octubre.