Día cero país cero.
Salimos cinco de Cartagena en furgoneta: Miguel, Pedro, Arturo, Pepe y yo. Recogimos a Tasio y Jota en Murcia. Nos unimos a Dani, Tonny y Alberto en Madrid. Tasio ha preparado unas etiquetas con números para cada bulto de cada persona de la expedición. En total, entre los ocho bultos de material y las maletas de ropa, sumando los números extra para la gente que se irá uniendo durante el viaje, hay 40 etiquetas. Tasio nos cuenta que el orden de las etiquetas es «mochila, cabina, bodega». Pedro dice que el modo difícil es «mochila, mochila, mochila».
Gaby viene al hotel con ropa para cada show: Vive Latino, Lollapalooza Argentina, Lollapalooza Chile, Estereo Picnic en Bogotá, el showcase de México, Los Ángeles y Tecate Pal Norte.
Todo son matemáticas. De 10 a 15 personas. Siete conciertos en cinco países. 28 días fuera. Ocho vuelos. 40 maletas.
Solo es el día cero.
Día uno país uno.
Volamos a Ciudad de México. 400 horas de avión. Dani y Miguel hablaron durante 350 de esas horas. Pepe me regaló el día anterior el pokémon Diamante, así que jugué hasta causarme un derrame en el ojo. Perdió el Atlético al aterrizar en México. Nos esperaban algunos seguidores de la banda en el aeropuerto con dulces para todos.
Pepe y yo compramos colirio, agua y cerveza para nuestra habitación y para el jet lag.
Finalmente cenamos todos tacos en el Fogoncito. Brindamos por el día uno y el país uno.
Día dos país uno.
Pasamos toda la mañana de promoción recorriendo la ciudad. Hicimos ese tipo de cosas de las entrevistas que decimos que verán los nietos de Pepe cuando se junten a recordarlo. «El abuelo Pepe salió en la tele de México preparando tacos». Comimos en un taller de coches que se había convertido en restaurante.
A la noche, tomamos cócteles en el mejor bar del mundo con Javier. Y después cenamos tacos en La Chula, apoyados sobre el mostrador de un kiosko de prensa. Un muchacho español nos reconoció. Hubo un eclipse lunar pero solo lo vieron Pedro y Jota, abrazados.
Día 3 país 1.
Todos se cagan. Pepe se caga. Pedro se caga. Dani se ha tomado dos fortasec y ya no se caga. Jota no se caga pero es Jota. Vamos muy temprano a cantar a la radio. Ana me dice que EL MUNDO ha propuesto que hagamos un diario de nuestro viaje y me ofrezco voluntario a hacerlo. Usaré las furgonetas y los aviones para escribir.
Volvemos de la radio y tenemos algo de tiempo para hacer turismo. Vemos el Museo Tamayo. Llegamos al típico cuarto oscuro donde proyectan videoarte. Nos sentamos allí ocho muchachos deshidratados. Y allí nos suena la alarma de terremotos.
Hacemos 40 horas de furgoneta hasta la prueba de sonido. Todo el material ha sobrevivido al viaje. Los 32 kilos por bulto que llevamos al menos servirán para hacer una prueba de sonido. El aire es muy seco para cantar y el calor es duro, mañana será difícil. En ese momento recuerdo que el viaje no consiste en venir y sobrevivir a la comida y los horarios, lo difícil realmente era venir y cantar.
Esa noche volvimos a cenar al Fogoncito y volvió a temblar la tierra. Entre el mareo causado por los episodios gástricos y el meneíto del suelo, nadie está seguro de estar sano.
Tres días, un eclipse y dos terremotos. Mañana tocamos.
Día 4 país 1.
Los que se cagan se siguen cagando.
He desayunado con Rober en el hotel. Hemos hablado del viaje, de estar allí, de la gira que está arrancando, de los artistas que lo han hecho y de los que renunciaron a girar por el otro lado del Atlántico. Creo que merece la pena, que el privilegio de viajar por el mundo compensa el coste económico, físico y personal de la gira. Que la incertidumbre y las cacas no son nada comparado con estar en donde sea que vayamos a estar. A Rober parece gustarle eso. Quedan cuatro horas para irnos al concierto.
Camino al festival hay muchos nervios en la furgoneta. Pedro duda si la gente cantará Virtud y Castigo. Pepe está aterrado porque llevamos tres meses sin tocar. Dani enseña imágenes del concierto de Ginebras, ¡está lleno de gente!
Y tocamos nosotros
Y fue muy bien. Vino mucho público y la gente estuvo súper entregada. Cantaron «ole, ole, ole, arde, arde». Fue un concierto de calor y energía. Vinieron Leiva y las Ginebras a vernos tocar. Conforme pasen los días y los conciertos atesoraré este de Vive Latino.
Después hicimos esas cosas que se hacen en los festivales como firmar vasos de plástico, conceder entrevistas, beber y comer.
Vive Latino ocurre en un circuito de velocidad. Los camerinos son el paddock, tras las gradas hay un enorme espacio donde está el escenario dos y en una de las curvas aparece inmenso el escenario uno, el Foro Sol. Allí vemos a los Scorpions. Después tenemos que elegir entre ver Foster the People o Los Ángeles Azules. El nombre de estos últimos lleva rondándome todo el día, «son muy banda» me ha dicho Ana, «tocaron en Coachella» me dijo Ulía, «imagina esto en Coachella» insiste. Así que convenzo a un grupo de ir a ver a los Ángeles Azules. Corremos, sorteamos una marabunta, llegamos al escenario dos abarrotado. Y los Ángeles Azules son una banda de cumbia.
Día 5 país 1
Miguel y Dani han visto el vídeo del concierto en youtube como cinco veces. Están contentos por cómo sonó. Vamos en la furgoneta camino de las pirámides de Teotihuacán. Jota va leyendo comentarios de twitter muy buenos. Pedro y yo vamos sentados en el suelo porque no había asientos suficientes.
Vemos las pirámides con el guía Hilario. «Yo ya no puedo hacer nada más por ustedes» ha dicho al despedirse. Literal.
Teotihuacán es un lugar impactante, pero la experiencia no acaba de gustarnos demasiado. Después me daré cuenta de que fue por Hilario. No explicó nada bien. Salimos de allí sin saber quién construyó aquello, cuándo, por qué. Su única fijación parecía ser hablar de cómo eran sus lavabos. Lo explicó tres veces. Considerando que la mitad de la expedición sigue cagándose supongo que no será tan desacertado.
Nos han recomendado un restaurante para comer que se llama La Gruta y es, efectivamente, un restaurante en una gruta. Somos un grupo de 16 esperando desnutridos en el jardincito de la puerta. No tenemos reserva pero Javier ha dicho que sí, que venimos con una reserva de presidencia del Gobierno. Veo a Javier caminar sonriente detrás de un pobre señor vestido con americana roja y sudando. Una camarera grita por un megáfono nombres de reservas. Tasio y Dani duermen en el suelo del jardín. Yo doy traguitos a una cerveza. Pudo pasar una hora así, con Javier y el señor deambulando, los nombres, la cervecita, las siestas… Hasta que la señora dijo el nombre de Javier y pasamos a comer.
Escribo en la furgoneta de vuelta al hotel mientras atardece sobre las colinas plagadas de casas. En las comidas de este viaje también trabajamos porque hablamos del futuro, de incertidumbre, de ilusiones y de miedos. Esa conversación sigue en mi cabeza. Tengo muchas ganas de seguir trabajando en las canciones nuevas.
Pepe me confiesa que ha soñado que yo hacía balconing y me destruía.
Mañana volamos a Buenos Aires.
Día 6 países 1 y 2.
Son las seis de la mañana en una furgoneta camino al aeropuerto.
-He pedido a Chat GPT que me haga un resumen de la humedad y la calidad del aire de cada destino. Chile parece como aquí pero Buenos Aires es más húmedo. Por fin me va a dejar de sangrar la nariz– dice Miguel.
-Yo lo que no sabía es que cuando lleguemos a Buenos Aires serán las once de la noche- responde Pedro.
-Que para nosotros serán las seis o las siete de la tarde- responde Tasio.
-¡Y mañana hay promo!- responde Dani.
Pepe me comenta algo, como con vergüenza.
-Tío. No nos hemos bebido ninguna cerveza de las que compramos para el hotel.
Es cierto, México ha podido con nosotros.
Día 7 país 2
Anoche encontramos un sitio abierto de madrugada donde servían pizza y cenamos allí todos. Estábamos deseando comer pizza en vez de tacos. Desde el momento en que abandonamos el espacio aéreo de México todos los estómagos mejoraron.
Estamos en Buenos Aires, con mucho calor y mucho sol. El hotel es un poco «piojoso» en palabras de Pepe a su madre. Según parece, Justin Timberlake nos ha quitado nuestras habitaciones originales. Demonio.
Leo mensajes de mis amigos y noticias mientras espero a que Pepe se arregle para ir a una entrevista.
Al final del día vamos al concierto de Carolina Durante. Tocaban a las nueve en Niceto, donde nosotros tocamos con Shinova y 1915 el año pasado. Salimos por Palermo a tomar unas cervezas antes y fuimos a la sala abarrotada.
Y lloré.
Lloré como el único gilipollas que llora viendo a Carolina Durante. Pero tocaron Elige tu propia aventura y me vinieron los recuerdos de golpe. Me acordé de Madrid, me acordé del centro comercial Torrecárdenas, y me acordé del primer concierto que vi de Carolina en Cabo de Palos. Lloré abrazado a Pepe toda la segunda mitad del concierto. Un chico rapado se me acercó y me dijo «yo lloro con vuestras canciones, ¿nos podemos sacar una foto?» y me hice una foto preciosa con él y lo abracé. Y seguí llorando.
Muchas gracias Carolina Durante.
Día 8 país 2.
Hoy ha sido un día de entrevistas intenso mientras ocurría una manifestación masiva en Buenos Aires. Hemos respondido a preguntas como «¿Qué artistas argentinos les gustan?», «¿Qué expectativas tienen para el concierto?», «¿Han hablado del hate con sus terapeutas?». Mientras, los jubilados marchaban para protestar (según entiendo) porque el Gobierno les ha retirado la cobertura que tenían para conseguir medicamentos. Hace unos días una manifestación por el mismo motivo se saldó con cargas policiales y heridos, lo que ha generado más hostilidad y más tensión en el ambiente.
Aun así, al preguntar a la gente por el tema, nadie termina de posicionarse. Nadie está de acuerdo con la medida del Gobierno, pero la oposición parece estar abanderando la movilización y nadie a nuestro alrededor se posiciona con la oposición. En general, los argentinos parecen odiar a los políticos.
Y entonces un taxista me dice, «el problema es que en la volteada nos jodemos todos«.
Luego he hablado con Pepe. Le he dicho que hoy me han entrado ganas de volver a mi casa. «A mí también» me ha dicho Pepe.
Día 9 país 2
Esta madrugada Tonny ha ido al hospital porque se ha despertado cubierto en sangre. Según dice, le ha reventado una vena de la nariz y la medicación post-ictus le hace sangrar mucho con facilidad. Le preocupa no poder aguantar hasta el final. Esto no me lo dice, pero se lo noto.
Hemos hablado sobre este diario en el desayuno. No sé qué va a ser de él porque quizás estoy compartiendo cosas demasiado personales. No sé, quizás me censure. Quizás lo que estás leyendo es una versión censurada.
En la tarde hemos ido a comer con Mateo. Es un gran músico y una muy buena persona. Durante la comida su mánager le ha traído el grammy que ganó. He tocado un grammy sin querer. Hemos pasado muy bien, hemos quedado en vernos en Cartagena. Pero no hemos concretado nada del tema que tenemos a medias. Tampoco es necesario en mi opinión. Y nos ha dicho que habrá mucha gente en nuestro show en Lollapalooza.
Jota padece de agorafobia y tiene pánico desde hace meses a los Lollapalooza. Viene padeciendo y anticipando esos conciertos desde hace meses y va buscando por Argentina un sombrero que lo proteja. Estamos algo bebidos sincerándonos sobre esto en El Naranjo, un sitio de vinos al que nos han traído a cenar los chicos de Silvestre y la naranja. Jota tiene que superar los lollas. Yo tengo que superar Bogotá.
Vamos en el coche de Luco camino a un sitio donde pinchan house. Escuchamos Paco y Catriel recorriendo la Buenos Aires nocturna a toda velocidad. Miro las azoteas de la ciudad. Me siento volando.
Tomamos copas en una discoteca bajo las vías del tren. Miguel me dice que lo ha visto pasar varias veces mientras bailaba, que la DJ sincroniza cuando rompe la canción con el paso del tren. Yo no he visto el tren. Yo estaba fuera con Samurai o a saber quién.
Todos lo pasan bien bailando y desaparecen poco a poco. Quedamos solo Tasio, Arturo, Carol y yo. Arturo me dice «Llevaba nueve días y dos países esperando esto». Tasio me recuerda que el cielo es distinto en este hemisferio. Hago una foto a las estrellas para recordarlo. Evidentemente la foto es una mierda.
Volvemos al hotel y paramos a comprar unos perritos calientes. Carol no aguanta más y corre a orinar entre dos coches. La sorprende un policía.
-Perdone agente, es que no aguantaba más- dice Carol.
-Pero señora, por qué no pasa usted tranquilamente al baño de la comisaría– responde el policía.
Volvemos todos felices a dormir con Carol orgullosa de haber meado en una comisaría argentina.
Día 10 país 2.
Hemos quedado esta mañana con los chicos que llevan el club de fans argentino. Tienen 10.000 seguidores en instagram por un vídeo mío hablando durante La Salvación que se les viralizó. A veces lamento esos discursos pero otras veces los entiendo.
Hoy vamos a conocer el festival. Dani va escuchando Tempo 2 en bucle. También habla de cacas en bucle con Javier mientras llegamos a Lollapalooza. El tráfico en estas ciudades es horrible y muchas veces tengo la sensación de conocer los lugares a través de una ventanilla.
Lollapalooza es en el centro de un hipódromo gigante. Hemos visto a Nessa Barret, a Catriel y Paco Amoroso y a Foster the People. El show de Catriel y Paco ha sido espectacular. Muy original, muy musical, muy cómico. Me recuerda la importancia de la originalidad, de la creatividad. Ver conciertos emocionantes me da ganas de hacer canciones.
Vamos a cenar a un italiano mientras Argentina le gana a Uruguay cero a uno.
-Si solo fuera a venir aquí una vez y solo pudiera pedir una pasta y una salsa, ¿qué pasta y qué salsa pediría?– pregunta Miguel al camarero.
-Sorrentino y boloñesa- responde el camarero.
-Perfecto, ponga tres- dice Miguel.
–No nos queda Sorrentino y boloñesa– dice el camarero.
Mañana tocamos en Argentina.
Día 11 país 2.
Vamos camino del festival. Jota ha comprado y customizado su sombrero. Lo veo preocupado pero decidido. Pepe y Dani van mejor. Yo estoy aterrado. Tengo mucho miedo de que no venga nadie a vernos tocar.
Buenos Aires está gris. Ha llegado el otoño a esta parte del mundo. He tenido pesadillas esta noche.
Y tocamos.
Y fue un concierto difícil. Efectivamente había poca gente y la mitad de ellos estaban esperando a Shawn Mendes. No hubo prueba de sonido y Dani y Pepe padecieron. Pero yo lo disfruté. El grupito de gente que vino a vernos estaba entregado y yo con ellos. Y tiré de oficio y de tablas y puse a bailar a los de Shawn Mendes. Me enfoqué en disfrutar y sorprender y creo que lo conseguí. Sé que los compañeros lo han pasado mal pero yo estoy orgulloso de mi trabajo. Estoy contento, de hecho. Y estoy orgulloso de Jota que haya superado su miedo arropado bajo su sombrero negro. Estamos en la furgoneta ya camino del aeropuerto. Nos vamos ahora mismo a Chile.
He caído solo en una ventanilla del avión a Santiago. Tengo frío y cansancio. Hemos paseado por el aeropuerto pegándonos un letrero que decía FUNG. No sé quién es el Mr o Ms Fung pero le agradezco mucho la energía que nos ha dado ver subir a Pedro una escalera mecánica con el letrero pegado en la espalda. Ha sido sanador después de un concierto difícil para la mayoría. O quizás la clave no es Mr Fung sino lo que ha dicho Tonny: «Qué suerte tenemos de tener un equipo tan divertido».
Día 12 país 3.
Estoy KO. Me he levantado muy cansado. No me apetece nada cantar hoy. Hemos venido a hacer prueba de sonido temprano y me arrastro por los escenarios. Hoy vendrá aún menos gente.
He soñado que tenía un perro que se llamaba Benito y que me quería mucho. Pero me ha despertado Pepe intentando entrar, de vuelta del gimnasio. Hemos dormido poco y pasaremos todo el día en el festival. Tocamos a las tres y cuarto mirando a los Andes. Mando una foto a mis padres del micrófono con las montañas detrás.
Y tocamos.
El concierto fue bien. Los compañeros lo disfrutaron más que en Argentina. Yo menos. Había poquita gente. Otra vez los seguidores de Shawn Mendes y un grupito de personitas entregadas a nuestras canciones. Ha sido otro concierto de oficio, de calor y de sol en la piel. Espero que les haya gustado.
Después hicimos trapicheo de pulseras para comer y beber y salimos a ver el festival. Lollapalooza Chile es inmenso también. Vimos bandas chilenas como Lucybell o Los Tres. Y vimos a Sepultura y flipé. Me acordé de la tarde en la que mi primo Antonio me enseñó Sepultura, Iron Maiden y Slipknot. Ver Sepultura y mandarle un mensaje a mi primo también era parte de la recompensa de venir hasta aquí.
Y después vimos Tool. Creo que es uno de los conciertos más impresionantes que he visto en mi vida. Todos lo sentimos así. Todos recordamos que la música era algo más. Un bajo, una guitarra, un batería, un cantante a oscuras y algo más.
En los Lollapalooza no venden alcohol al público, solo se puede beber en una zona delimitada que está lejos de los escenarios. Para ver los conciertos fuimos sacando alcohol a escondidas. Vimos Tool desde la zona de sonido con muchos trabajadores del festival. Erik iba sacando cervezas hasta que en uno de los viajes, justo al pasar frente al control de seguridad, se le deslizó una por el pantalón y cayó frente al guardia. Erik siguió caminando como si nada. Al llegar a nuestra zona descubrió que, justo delante de nosotros, había una muchacha con una mesa y alcohol. Había barra libre.
Pepe grabó todo el concierto de Tool. Todo el concierto en oblicuo.
Día 13 país 3.
Todo el mundo tiene resaca. Había una mañana para ver Santiago de Chile y todo el mundo se la ha pasado durmiendo. Rock.
He comido cosas chilenas: chupe de jaiba. Dani ha comido cosas vegetarianas: lasaña de espinacas. Pepe ha comido cosas de Pepe: costillar. Jota ha comido espaguetis. Cosas de Jota.
Volvemos de las entrevistas en furgoneta por las calles ordenadas y modernas de esta ciudad. Lucía me ha mandado un mensaje y me ha preguntado qué tal estoy con ir mañana a Bogotá. Le he dicho que mal. Me ha dicho que se alegra de que esa sea la respuesta.
Por la noche fuimos a cenar con Javi a un vegetariano y Javi hizo lo que hace siempre: pedir la carta entera. «¡Han tenido que traer el carrito!» dijo cuando llegaron los camareros con los platos.
Día 14 países 3 y 4
Pedro se acaba de enterar de que había una camiseta de staff para esta gira.
He ido a la lavandería a recoger ropa sucia que dejé ayer. La señora me ha dicho que tengo camisas muy bonitas, muy coloridas, que la gente suele tener solo de un color y le ha gustado ver todos los colores que yo tenía. Y luego me ha entregado mi taco de calcetines desparejados y me ha dicho «estos están guachitos». Así como guachito arranco para Bogotá.
Al llegar a Bogotá nos separamos. La mayoría fuimos en una furgoneta con Noelia. Llegamos al hotel y Javier nos consiguió cena. Estábamos cansados, era tarde, hacía frío. Tasio y Arturo volvieron en el camión que fue a recoger el equipaje. Estábamos cenando en el hotel cuando recibimos una foto de Arturo: la policía había parado el camión. El camionero tardó media hora en superar el control, dejando a Arturo y Tasio dentro del camión con la discografía de Don Omar sonando.
Bogotá es un campo minado de emociones.
Día 15 país 4.
Hoy hay mal ambiente. Pepe tiene malas noticias de España y está preocupado. Jota y Tonny tienen varias discusiones de trabajo en marcha. A Dani lo veo más o menos bien, pero seguro lleva lo suyo callado como siempre. Y yo estoy triste. La ciudad es para mí un álbum de recuerdos. Carol me ha preguntado en la comida si tenía invitados para el concierto de mañana y le he tenido que decir que no.
Hemos visto a Julio y hemos paseado con él esta mañana. Me ha alegrado mucho. Le hemos regalado dos babis de Arde Bogotá para el bebé que está a punto de tener. Julio es el mejor amigo que tenemos en Colombia y los amigos son lo mejor que tenemos como banda.
Sigue habiendo mal ambiente. Pepe y yo hemos discutido. «Si necesitas ir a cortarte el pelo, ve a cortarte el pelo» le he dicho. Pero no ha ido a cortarse el pelo. Dramas del cansancio. Antes, por la tarde, lo he oído decir que estaba deseando que sea cuatro de abril. Lo entiendo.
Al menos en la noche hemos ido a cenar a Andrés DC. Javier ha vuelto a pedir la carta entera.
«¿Las dos piraguas de carne son aquí?» pregunta un camarero. «Sí», respondemos. «Uf».
En la cena hablo con Cata y casi consigue que me emocione, pero lo aguanto. Bailamos, vi a los que estaban disgustados sonriendo. La música de Carlos Vives y Karol G tiene ese efecto.
Día 16 país 4
Anoche discutí con Pepe y él lloró. Necesito que sea más fuerte. Son 16 días de convivencia, de trabajo, de nervios, de incomodidades y queda un montón aún. Necesito que sea más fuerte porque todos tenemos que serlo. Y porque yo no estoy fuerte y no tengo la energía para preocuparme por él.
Estoy en el camerino de Estereo Picnic. Veo el cielo azul y las nubes desde el sofá. La primera vez que vine a Bogotá me preguntaron qué era lo que más me había gustado de la ciudad y respondí que las nubes. La primera vez que vine a Bogotá soñé con tocar en Estereo Picnic. Y aquí estoy, mirando las nubes.
Y tocamos.
Y vino mucha gente con mucha entrega. Y otra vez hablé de más. Y disfruté. Y creo que los que nos vieron disfrutaron. Y ahora estoy tirado en el camerino con una sensación rara. Pero algo me mantiene contento: antes de salir a tocar he recibido un mensaje de Matías. Él estaba en aquel coche cuando enseñé por primera vez Antiaéreo. Mientras cantaba la canción hoy ese momento de hace ocho años ha resonado en Estereo Picnic. Gracias por acordarte Mati.
Antes de subir a dormir, Alberto me ha enseñado un vídeo del público mientras tocábamos Cariño. Cuando pido que la gente salte cierro los ojos, como cuando saltábamos del pato. Prefiero no ver si realmente saltan, yo voy a bailar igual, pero prefiero no mirar por si no me siguen. En el vídeo de Alberto todo el público salta conmigo. Toda esa gente desconocida de este lugar que antes conocía salta conmigo. Estoy mejor, creo que empieza una nueva historia hoy.