Español

El Panathinaikos saca los colores al Real Madrid, en su primera derrota de la temporada en el Palacio

Cuando la locomotora de Scariolo parecía ya en marcha y definitivamente lanzada, de repente, un apagón. Ganar en Zaragoza, Barcelona (el clásico) y Badalona fue quitarse las frustraciones a domicilio, pero la semana ha vuelto a ser oscura para el Real Madrid, tan desdibujado ante el Panathinaikos como el martes en Valencia. La derrota ante los griegos, además, supuso la primera de toda la temporada en el Palacio, el templo mancillado por el imperecedero Sloukas, el eléctrico TJ Shorts y un invitado sorpresa llegado desde Taiwán. [77-87: Narración y estadísticas]

Kenneth Faried, repescado por Ergin Ataman, firmó 17 puntos y 10 rebotes en su estreno en París. Mejor todavía en Madrid, porque enfrente estaba Edy Tavares: 16 y ocho. Los nombres propios de una victoria total. El Panathinaikos, el que comanda en silencio Juancho Hernangómez, se impuso de principio a fin, marcando su ritmo y su talento, un aviso para tiempos futuros.

El duelo de vaivenes, de dos favoritos en busca todavía de rumbo, comenzó con un dominio abrumador de los visitantes. Dispuestos a ser los primeros en tomar el Palacio esta temporada, en el que era, para ellos, el cuarto partido seguido a domicilio, los verdes mandaron con sus dos pequeños demonios. Shorts y Kendrick Nunn propiciaron una primera parte de euforia que pronto devino en aplastamiento. Ellos fueron los que desataron a la bestia.

Porque al Madrid el sopapo inicial (9-19) le sentó fatal. Ya todo iba ser remar contra corriente. Scariolo movía el banquillo en busca de soluciones rápidas, pero apenas encontraba pequeñas descargas eléctricas. Como las de Theo Maledon. A Alex Len le pudo el ímpetu de su debut en Madrid y Mitouglou le hizo todo un lío.

Pero lo peor de la primera mitad aguardaba al final. Faried, ese fichaje que se ha sacado de la manga Panathinaikos -ex NBA, campeón del mundo precisamente en el Palacio en 2014- para suplir sus bajas interiores (Lessort, Richaun Holmes y Yurtseven), le hizo dos mates tremendos en carrera a Tavares. Sloukas y Cedi Osman torturaron desde el perímetro y los de Ataman se fueron con la máxima, por entonces, al descanso (38-52). Ni la zona defensiva del Madrid surtió efecto.

Una distancia que aumentó a la vuelta, cuando los blancos tocaron fondo. Manimal, que va a cumplir 36 años, seguía jugueteando con Tavares. Y otro triple de Osman encendió la alerta roja (40-59). En ese pozo, la reacción. Fue Andrés Feliz, que ya ejerce de líder desde el carácter, el que tocó a rebato. Pero su alarde fue insuficiente. Porque enfrente hay toneladas de talento y también de experiencia. Casi nadie como Sloukas, que remató el tercer acto con acciones de las que silencian calderas.

En la recta de meta, tal era la tiranía verde, que ni resquicio a la épica le quedó al Madrid. Fue una derrota abrumadora. Y preocupante. Hasta desatar el run run en las tribunas.