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El paso español por Almaty y Kazajistán antes del partido europeo más oriental del Madrid: «Es otra cultura, otro mundo»

«Yo fui el primer español en jugar en el Kairat Almaty». Sito Riera, canterano del Barcelona y hermano del internacional español Albert, aún recuerda sus primeras semanas en Almaty, ciudad de Kazajistán donde este martes el Real Madrid disputará el partido de Liga de Campeones más oriental de su historia, a apenas 300 kilómetros de China y a 8.000 de Madrid. En 2014, Riera estrenó sobre el césped el acento español en el rival de los blancos, debutante en Champions y líder de un campeonato que ahora sólo disfruta de un futbolista patrio, el andaluz José Carrillo, defensa en el Ulytau. Ambos charlan con EL MUNDO antes de la cita que ha paralizado un país que comienza a abrirse al mundo.

«Yo sabía que estaba lejos, pero hasta que viajas no te das cuenta de lo lejos que está. Es otra cultura, otro mundo. Se nota en el día a día», admite Carrillo. El Madrid aterrizó ayer en Almaty después de un viaje directo que duró algo más de nueve horas, más largo que si hubieran cruzado el charco. Se alojará en el Hotel Intercontinental de la ciudad y entrenará y jugará en el Almaty Ortalyk Stadion, con 13 grados de temperatura y sin lluvia, en un estadio desde donde se divisan las montañas de Kirguistán y que tiene el territorio chino a 300 kilómetros.

«Cuando me llegó la oferta tuve que mirar el mapa. Impresiona mucho y es un choque cultural bastante grande. Mi familia estaba acostumbrada porque mi hermano y yo siempre hemos sido muy inquietos, pero es un choque», relata Riera, que sintió en sus carnes esas diferencias culturas. «Siempre me acuerdo de una anécdota. Los españoles somos muy cariñosos, muy latinos, y las primeras semanas yo daba el típico abrazo durante los partidos, en el vestuario y tal, y ellos se quedaban un poco parados como diciendo ‘¿qué hace este tío?‘. Son muy fríos en eso, como que no lo ven bien», recuerda.

«Son nómadas»

Almaty era la antigua capital de Kazajistán hasta que en 1997 el gobierno trasladó esa referencia a Astana, pero se mantiene como la ciudad «moderna y cultural» del país, admiten ambos futbolistas. Herencia de una zona influida en lo material y en lo espiritual por la Ruta de la Seda, que le hizo vivir sus mejores etapas en los siglos XV y XVIII. «Ellos te dicen que siempre han sido nómadas. Y es que nunca se han dado a conocer, no han estado abiertos al mundo hasta ahora, que lo van haciendo poco a poco. No es que tengan problemas con los extranjeros, pero es otro tipo de hospitalidad. Por eso la clasificación del Kairat para la Champions se ha celebrado en todo el país», cuenta Carrillo.

La mezcla étnica es también interesante, con descendientes del Imperio Mongol y del ruso: «Aquí está el kazajo, que es más asiático, descendiente del Imperio Mongol, y el kazajo-ruso, de cuando pertenecieron a la URSS y miles de rusos se asentaron aquí», detalla Carrillo. Ese carácter aventurero y guerrero se ha reflejado, y se refleja, también en el fútbol. «Se consideran guerreros y se ve en el juego. Esa lucha, esa pelea. Entienden el fútbol como correr y luchar, no hay control de juego y no le dan mucha importancia al balón», añade Carrillo, y en la misma línea está Riera: «No tienen un fútbol de calle como el español o el europeo, su carácter es guerrero y a pico y pala sacan el resultado».

Influencia española

En los últimos años, el Kairat Almaty, el único club privado del país, le ha ganado la partida al Astana ganando la liga del 2020 y el 2024. Lo ha hecho con un núcleo, nacional y con futbolistas canteranos, pero también con una fuerte influencia extranjera y española. Riera fue el primer jugador, pero Pepe Serer y Carlos Alós pasaron por su banquillo en la última década, y la marca española Joma viste su camiseta.

«Tuvimos varias ofertas y una de las mejores fue Joma. Trabajamos directamente con su cuartel general en España. Tenemos unas magníficas relaciones», ha dicho esta semana el presidente del Kairat, el kazajo Kairat (del mismo nombre) Boranbáyev, que posee el 70% de las acciones del club. «Kairat y Astana son como Barça y Madrid. El nivel de las infraestructuras del Kairat no tiene nada que envidiar a los clubes europeos», admite Carrillo.