Español

Julián se exhibe, el Atleti vibra, Koke emociona

El derbi demostró lo que cualquiera que haya visto los partidos y no sólo los resultados sabía: ni el Madrid es tanto ni el Atleti, tan poco. Ambos son equipos imperfectos y a medio cocer con un futbolista descomunal que les solventa muchos problemas: Mbappé, que traía impoluto el proyecto de Xabi Alonso, y Julián Álvarez, que se encargó de dejarle el traje hecho jirones. Es un fuera de serie.

El Atleti fue todo lo que se le pide y tanto racanea: agresivo, valiente, vibrante. Hizo un partidazo. Cabe recordar que le han faltado sus tres fichajes de más talento (Baena, Almada y Cardoso), pero ha atinado en refuerzos más silenciosos como Hancko y Nico, dos profesionales. Hay mimbres y la victoria da al Cholo el tiempo que necesita para hilarlos. Era indispensable y respondió a lo grande.

Le quedan cosas por mejorar, por supuesto, y otras que no tienen remedio. Cosas que es mejor afrontar en días felices que cuando todo es un drama. Sorloth ha roto definitivamente en el Morata que no genera ternura. Te marca un gol, pero te falla tres de liga municipal y a punto está de liarla parda celebrando con la grada teniendo amarilla. Es un futbolista anticompetitivo. Y no es el único.

El corazón de Koke

El despeje de Le Normand en el 1-2 o la decisión de Lenglet de poner el brazo en vez de la cara en el tanto anulado pintan un paisaje hiperrealista: en las acciones de valor gol los centrales del Atleti se diluyen como un azucarillo. Les bastan 30 segundos para aniquilar todo lo bien hecho durante hora y media. Eso cuesta partidos.

Ojalá poder transplantarles el cerebro y el corazón de Koke aunque, por fortuna para el Atleti, Barrios (enorme) está sobradamente preparado para heredar el cetro. El capitán fue el amo del partido pese a que cuando corre no avanza, como si se moviera permanentemente por arenas movedizas.

En los últimos años, los piperos habituales han querido hacer de Koke un meme, pero que, en su estado físico actual, aún pueda mirar a los ojos a Bellingham y compañía debería animarles a comprar las pipas sin cáscara, a ver si así, al no tener que pelarlas, ven el fútbol. Entenderlo ya…

Este sensacional derbi es tan de Julián, de Koke, el portento y el escudo. Y el oso. Y el madroño. Y lo que él quiera.