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Juliette Binoche reacciona a la condena por abusos sexuales de su antiguo enemigo: «Gérard Depardieu ya no es sagrado»

«Ya no es un hombre sagrado», fueron las palabras más destacadas y hasta dolorosas que Juliette Binoche pronunció el martes en su comparecencia ante la prensa. Se refería a la condena a 18 meses de prisión, una multa de 20.000 euros y la incorporación al registro de delincuentes sexuales de Gérard Depardieu por abusos sexuales a dos mujeres durante el rodaje en 2021 de Les volets verts, de Jean Becker. «Para mí, lo sagrado es cuando creas, cuando actúas, cuando estás en el escenario y, de repente, sucede algo extraordinario. Lo sagrado es, por definición, incomprensible. Y ahora, queda claro, él [Gérard Depardieu] ya no es sagrado. Eso significa que hay que reflexionar sobre el poder que ejercen y del que se apropian ciertas personas«, añadió Binoche.

En verdad, la condena al actor francés admite pocas disquisiciones más que las del juez. Sin embargo, el que la presidenta del jurado este año fuera precisamente Juliette Binoche obligaba al comentario. Y más cuando el jurado en pleno, con su jefa a la cabeza, hizo su comparecencia ritual de todos los años. Recuérdese: tiempo atrás, en 2010, en una entrevista a la revista austriaca Profil, el actor se despachó a gusto contra la actriz. Divo contra diva. Ni corto ni perezoso, que dirían los clásicos, el intérprete ahora declarado culpable expresó su incredulidad ante el hecho de que Binoche hubiera recibido el premio que se le entregó ese año en Cannes por su interpretación en la película Copia certificada, de Abbas Kiarostami. «¿Puedes explicarme, por favor, cuál se supone que es el secreto de esta actriz?», le soltó el entrevistado al entrevistador. Y siguió: «Me gustaría mucho saber por qué ha sido tan apreciada durante tantos años. No tiene nada. ¡Absolutamente nada!«. Y otra más: «Es peor que la Adjani, que aunque esté loca es grande, y mucho peor que Fanny Ardant [la pareja de Depardieu], que en comparación con Juliette es extraordinaria».

La intérprete, ganadora del Oscar y de premios en los tres festivales internacionales más respetados (Cannes, Venecia y Berlín), se limitó de manera elegante a aguantar el chaparrón. «Depardieu quería matarme. Pero sigo aquí«, fue su declaración pasados los años. Y así hasta que se reencontraron primero en la calle, donde él pidió disculpas, y luego en la pantalla. Fue en 2017 cuando Un sol interior, de Claire Denis, los unió. Y se perdonaron. «Gérard es una persona que ha sufrido mucho», fueron las palabras utilizadas por Binoche para pasar página. Y hasta hoy mismo.

El martes Binoche no quiso dejar pasar la ocasión, casi sagrada, que le ofrecía el festival para hacer una valoración de cómo han cambiado las cosas en general y en el propio Cannes en concreto. «El festival está siguiendo la misma tendencia que el resto del mundo en la vida social y política», dijo Binoche en referencia a las consecuencias del movimiento Metoo. «Creo que el festival está cada vez más en sintonía con la actualidad«, concluyó. La declaración vino a cuenta de alguna que otra voz que se ha levantado por el mutismo del certamen sobre la noticia de la condena que se conoció por la mañana.

No el balde, hablamos del ganador en Cannes por su trabajo en Cyrano de Bergerac y protagonista de la ruidosa Palma de Oro de 1987 Bajo el sol de Satán, de Maurice Pialat; hablamos de un mito ahora condenado y desacralizado, según Binoche.