«Si miras la relación entre minutos jugados y goles marcados, creo que no estoy muy lejos del año pasado». Eso es lo que aseguraba Robert Lewandowski la semana pasada en la rueda de prensa previa al duelo entre el Brujas y el Barça en la Champions. La misma en la que señaló que, tras superar dos lesiones que condicionaron su arranque de curso, su temporada particular se iniciaba con ese partido. En Bélgica fue suplente y no pudo desequilibrar con alguno de sus tantos un empate con regusto a derrota. En lo que se refiere a la Liga, en cambio, los números le dan la razón. En Vigo logró reivindicarse en su retorno a la titularidad. Y lo hizo nada más y nada menos con un hat-trick que le permitió al conjunto de Hansi Flick llevarse un más que merecido triunfo de Balaídos y recortar distancias con un Real Madrid que tropezó en su visita a Vallecas para encarar así de la mejor manera posible el parón por las selecciones.
En la Champions aún no ha estrenado su cuenta. En la Liga, mientras, ha aprovechado su exhibición para auparse como máximo anotador azulgrana, en un arranque de temporada en el que el gol ha sido cosa de muchos. Lewandowski, con siete tantos, es el líder. Le sigue Ferran Torres, quien ha experimentado un bajón tras atesorar cuatro en los primeros cinco partidos y que, tras un periodo de sequía y una lesión, vio puerta de nuevo contra el Elche. Lamine Yamal, con cuatro, es el tercero en discordia. Y Raphinha, pese a su prolongada ausencia por problemas musculares, comparte la quinta plaza con un Fermín que también se vio obligado a parar tras caer lesionado ante el Getafe. Ambos han logrado sumar tres tantos. Rashford, Araujo y Pedri, mientras, suman dos cada uno. Y Jules Koundé, Eric García y Dani Olmo, finalmente, han sido capaces de sumar cada uno un tanto.
Es cierto que Lewandowski lleva, ahora mismo en la Liga, justo la mitad de los goles que marcó a estas alturas del curso la temporada pasada. Al término de la duodécima jornada, eran entonces 14 tantos. Ahora, acumula siete. Su rendimiento, a pesar de todo, es prácticamente el mismo. Tanto ahora mismo como el curso pasado, puede decirse que marca un tanto por cada 64 minutos disputados. Un ritmo fulgurante que, a finales de la campaña pasada, iría descendiendo hasta quedarse en un gol aproximadamente cada 88, lo que se tradujo a su vez en un segundo puesto en la lucha por el Pichichi por detrás del madridista Kylian Mbappé, vencedor tanto de este trofeo como de la Bota de Oro tras marcar 31 tantos en el torneo de la regularidad por 27 del polaco. El regreso de la mejor versión del Lewandowski, que falló ante el Sevilla un penalti que podría haber supuesto el momentáneo 2-2 y, quizás, haber cambiado el signo de un encuentro que acabó con derrota azulgrana por 4-1, puede también reanimar a un Barça que ha echado muchísimo de menos sus goles.
En el libro de estilo de Johan Cruyff, el gran artífice de la transformación del Barça, bastaba con marcar un gol más que el rival. Encajar le daba igual con tal de dar espectáculo. En Balaídos, donde concedió dos tantos, la defensa azulgrana volvió a dejar claro que aún tiene muchísimo margen para mejorar. Por lo menos, el ataque parece estar recuperando el esplendor de antaño para que eso se quede en anécdota. De la mano, ahora mismo, de un Robert Lewandowski que parece volver a estar terriblemente entonado.
