Aunque se ha tratado de presentar como un día histórico, el anuncio de un acuerdo comercial con Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y la actualización del convenio con México de la Unión Europea sigue provocando ciertas reticencias y dudas. Cuando se cumplen 25 años del inicio de las negociaciones con Mercosur, en la Comisión Europea entienden que el contexto geopolítico de guerra comercial que ha creado las políticas de Donald Trump se podrá cumplir el objetivo de aprobarlo definitivamente a final de este año, ya que todavía tiene que pasar por el visto bueno del Consejo y el Parlamento Europeo, además de que los países miembros lo acepten.
Para tratar de socavar los principales obstáculos, tanto Francia como Polonia han puesto pegas por las concesiones en el sector agroalimentario además de diferentes grupos políticos en el Europarlamento, el nuevo pacto contará con una serie de salvaguardas para proteger a los productos agrarios europeos más sensibles, se pondrá fin a la competencia desleal de productos Mercosur que imitan a los auténticos productos de la UE con la protección de 344 Indicaciones Geográficas de la UE, que se conocen como denominación de origen en España, limita la entrada de productos agroalimentarios de Mercosur a una fracción de la producción de la UE (por ejemplo, el 1,5% para la carne de vacuno y el 1,3% para las aves de corral), y se reducirán los aranceles de Mercosur para exportaciones de la UE en productos industriales (coches del 35%, maquinaria del 14-20%, productos farmacéuticos hasta el 14%) y productos agroalimentarios (vino y bebidas espirituosas hasta el 35%, chocolate del 20%, aceite de oliva del 10%), entre otros.
Conociendo la sensibilidad del campo europeo, que en los últimos años ha protagonizado las principales protestas en forma de tractoradas, expertos de la Comisión Europea han subrayado que la propuesta de Política Agrícola Común (PAC) después de 2027 incluye un presupuesto protegido de 300.000 millones de euros para el apoyo a los ingresos, a lo que se añade para respaldar el acuerdo comercial una nueva red de seguridad para medidas de crisis, con un montante de 6.300 millones de euros, para “proteger a nuestros agricultores en tiempos de perturbaciones del mercado y de creciente incertidumbre geopolítica”.
Los responsables de la Comisión se han esforzado en vender las bondades del acuerdo asegurando que se crea uno de los mayores mercados comerciales del mundo, con 700 millones de habitantes, que redundará en Europa con el posible incremento del 39% las exportaciones anuales de la UE a Mercosur (unos 49.000 millones de euros ) y se crearán 440.000 empleos en Europa. Pero luego hay que leer la letra pequeña.
Y esa letra pequeña señala que las supuestas salvaguardas están todavía por definir su alcance, su ámbito legal, es decir, o si serán vinculantes para todos los países. En teoría, se pondría en funcionamiento si hay un aumento del 10% de las importaciones o una caída del 10% en los precios. Un alto funcionario de la Comisión ha explicado que “tenemos una salvaguardia bilateral en el acuerdo. Pero queremos ser más claros sobre cómo la aplicará la UE y, en los siguientes pasos, tras la presentación de las distintas propuestas para la firma y celebración del acuerdo, la Comisión adoptará una propuesta de acto jurídico que deberá ser adoptada por el Consejo y el Parlamento”.
Las salvaguardas para productos sensibles en uno de los aspectos que más controversia están provocando. Según los funcionarios de la Comisión se ha diseñado “un marco en el texto del acuerdo con una salvaguardia bilateral que dice que si para un producto hay un aumento de las importaciones u otra condición del mercado que pueda causar un perjuicio grave a los productores nacionales de cualquiera de los países, el país importador puede imponer una salvaguardia bilateral. Ahora bien, el acuerdo no dice cuáles son los procedimientos que deben seguir ambas partes. Por lo tanto, tendremos que ver cómo se ponen en práctica las cláusulas de salvaguardia como una cuestión de derecho de la UE”.
Posición favorable de España
El ministerio de Economía del Gobierno de España ha mandado un comunicado en el que valora “muy positivamente la presentación formal del texto del acuerdo comercial UE-Mercosur, por parte de la Comisión Europea a los Estados miembros. Se trata de un paso decisivo en el proceso de aprobación del Acuerdo”.
El departamento que dirige el ministo Carlos Cuerpo apunta que “este acuerdo contribuye a reforzar la posición de la UE en el comercio internacional, impulsando la apertura de nuevos mercados como es Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) y consolidando a ambas regiones como aliados estratégicos en un momento crucial del panorama geoeconómico internacional”.
“El acuerdo abre nuevas oportunidades para las empresas españolas, especialmente en sectores con gran potencial exportador y de inversión como, por ejemplo, las semimanufacturas, los bienes de capital, automoción, productos químicos, maquinaria, confección, así como aceite, vino y licores, garantizando un acceso preferente y estable a un mercado de gran dimensión y dinamismo”, añaden desde el Ministerio.
La aprobación del acuerdo solo necesita mayoría simple en el Parlamento Europeo y el respaldo de 15 Estados miembros en el Consejo, que representan el 65% de la población de la UE. Aunque los dirigentes de la Comisión Europea insisten en que el objetivo es que el acuerdo esté definitivamente aprobado a final de este año todavía necesita ser refrendado por los países, por el Consejo y ya se prevé que varios grupos políticos en el Parlamento Europeo se opongan al acuerdo. De hecho, ya han mostrado su posición contraria desde los Verdes, ya que las implicaciones climáticas no quedan del todo definidas, pasando por los liberales de Renew o los ultraderechistas de Patriots.
El primer ministro Polaco, Donald Tusk, ya ha anunciado que votarán en contra y protestarán contra el acuerdo mientras que en Francia, en una grave crisis económica e institucional, tanto los partidos en la oposición al presidente Emmanuel Macron como las organizaciones agrarias han llamado a movilizarse contra el acuerdo.
El acuerdo también incluye compromisos en la lucha contra el cambio climático y la deforestación, según el Acuerdo climático de París y a favor de respetar los derechos humanos, las condiciones laborales dignas, la lucha contra el crimen organizado y el blanqueo de capitales o la gestión migratoria.
El intercambio comercial entre la UE y Mercosur ya supera los 109.500 millones de euros al año, según Eurostat. Entre los principales productos exportados por la Unión Europea a Mercosur destacan materiales de transporte, productos farmacéuticos y piezas de automóviles, que en conjunto representan el 35% del valor total exportado. Por otro lado, el Mercosur exporta principalmente ganado y piensos, así como productos petrolíferos y minerales, los cuales en conjunto representan el 70% del valor total de las importaciones europeas.
Respecto a la ampliación del acuerdo con México, los responsables de la Comisión han destacado que México es un importador neto de alimentos y que al eliminar los aranceles prohibitivos restantes en productos como queso, aves de corral, cerdo, pasta, manzanas, mermeladas, chocolate y vino los agricultores europeos saldrán muy beneficiados. Además, se amplía la protección contra la copia de denominaciones de origen de 568 productos alimenticios y bebidas europeos y en acuerdo se incluye el acceso a industriales europeos a materias primas críticas como fluorita, bismuto y antimonio.