El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, ha afirmado que el Gobierno que él dirige se encuentra «unido», ante los rumores sobre los desafíos a su liderazgo en el Partido Laborista que sus aliados niegan.
«Este es un equipo unido y estamos trabajando juntos para lograrlo», dijo Starmer en la Cámara de los Comunes (baja), en la sesión semanal de preguntas al mandatario británico, después de que la líder de la oposición, la conservadora Kemi Badenoch, le dijera que existe una «cultura tóxica» en el número 10 de Downing Street, sede del primer ministro.
¿A qué viene este choque? A que el periódico británico The Guardian informó de que la residencia oficial del primer ministro se encuentra en «modo búnker total» para hacer frente a cualquier intención de reemplazarlo, dado el temor existente de que compañeros de filas intenten desafiar su liderazgo en las próximas semanas.
Ante las conjeturas aireadas por varios medios de que es el actual titular de Sanidad, Wes Streeting, quien encabeza supuestamente esta contestación interna a Starmer, el mandatario considera que se trata de un ataque de la prensa contra su ministro y afirma que «cualquier ataque contra un miembro del Gabinete es completamente inaceptable».
Starmer mostró su apoyo a Streeting, que ha negado en varias entrevistas que esté disputando el liderazgo al primer ministro. De hecho, Starmer destacó que las listas de espera en el Sistema Nacional de Salud se han reducido y que el titular de Sanidad «está haciendo un buen trabajo».
En unas declaraciones a la BBC, Streeting calificó de «tonterías contraproducentes» las insinuaciones de que desafiaría a Starmer y consideró que no ve en este momento que exista un intento de desbancar al primer ministro. No obstante, el diario señala la «ambición» del ministro, que se se ve en Downing Street con «particular sospecha».
Starmer, en sede parlamentaria, se vio obligado a abordar las informaciones que apuntaban a que sus aliados estaban filtrando información negativa sobre altos cargos de su Gobierno, justo para afectar a posibles oponentes. Starmer declaró que no había autorizado dichas filtraciones. «Los nombré para sus cargos porque son las personas más capacitadas para desempeñarlos», afirmó. «Cualquier ataque contra cualquier miembro de mi gabinete es completamente inaceptable», dijo con aparente indignación. «La gente está perpleja», declaró a la cadena CNN un diputado laborista, bajo condición de anonimato. «Nadie entiende de dónde viene esta información», que ha llegado a un medio progresista con buenas fuentes en el partido del premier.
Los rumores de un cuestionamiento a su liderazgo surgieron por última vez en septiembre, cuando Andy Burnham, que es exdiputado y actual alcalde del Gran Manchester, lanzó un intento de desafiar el enfoque de Starmer en vísperas del congreso anual del Partido Laborista. Sin embargo, derrocar a un líder es difícil, ya que cualquier aspirante necesitaría el apoyo del 20 % de los miembros parlamentarios de la formación, lo que significa que 80 legisladores tendrían que ponerse de acuerdo sobre un candidato alternativo. No se ha llegado a eso hasta ahora.
No lo salva ni la absoluta
El liderazgo de Starmer se encuentra en una situación delicada, pese a tener mayoría absoluta desde julio de 2024, ante las últimas encuestas de intención de voto, que sitúan al partido populista de derechas Reform UK por delante de los laboristas, mientras que el último sondeo de la firma YouGov afirma que el 73 % de los consultados -1.752 adultos- considera que el líder laborista no es un buen primer ministro.
El puesto de primer ministro británico ha sido muy inestable en los últimos tiempos y desde el conservador David Cameron (2010-2016) ninguno ha durado en su puesto más de tres años. En cuanto a Starmer, lleva solo un año y medio en el cargo y su popularidad no deja de caer en picado.
Esta última crisis que azota al Gobierno se produce antes del anuncio del presupuesto el 26 de noviembre, fecha en la que se espera que el Partido Laborista, para paliar el déficit fiscal, incumpla una promesa electoral clave: aumentar el porcentaje del impuesto sobre la renta por primera vez en medio siglo.
La ministra de Hacienda, Rachel Reeves, ha indicado que tanto las subidas de impuestos como los recortes de gastos serán posibles cuando presente sus planes para el próximo año, con el objetivo de reducir la deuda pública. Esto probablemente provocará nuevos ataques de Nigel Farage, cuyo partido Reform UK, de corte antiinmigrante, viene liderando por meses las encuestas nacionales frente al Partido Laborista.
