Rusia ha decidido ayudar a uno de sus aliados a superar a Estados Unidos en la carrera por la energía nuclear. Se trata de China, tras la visita del presidente ruso, Vladimir Putin, a Pekín, esta semana.
El jefe de la empresa estatal rusa de energía Rosatom Alexei Lijachev, ha ofrecido unas declaraciones en las que ha asegurado que el Kremlin se ha comprometido a ayudar al Gobierno de China para «sobrepasar» el «potencial nuclear» norteamericano.
En cifras concretas, ha destacado que la idea es que haya un aumento importante de las capacidades energéticas del país asiático. Unos números que le llevarían a lograr una capacidad que supere los 100 gigavatios que genera Estados Unidos.
Rusia se ha comprometido a ello y considera que es importante para que «China logre sus objetivos«. Entre ellos, aparece la construcción de cuatro reactores nucleares y la planificación de la puesta en marcha de otros cuatro.
Esa apuesta de China y Rusia porque haya una «cooperación nuclear pacífica entre los dos países durante siglos», ha enfadado a Donald Trump. El presidente estadounidense ha dado por «perdidas» a India y a Rusia y les ha deseado un «futuro próspero«.
«Parece que hemos perdido a India y a Rusia ante una China más profunda y oscura. ¡Qué tengan un futuro largo y próspero juntos!«, ha escrito en un breve mensaje difundido este viernes en la red Truth Social.
La Casa Blanca acusó a China de «conspirar» junto a Rusia y Corea del Norte y el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Guo Jiakun, aseguró este jueves que «el desarrollo de relaciones diplomáticas por parte de China con cualquier otro país nunca ha estado dirigido contra terceras partes».
Pekín negó el rumor de Trump y defendió que habían sido invitados a participar en los actos para conmemorar el 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, para «unirse a países y pueblos amantes de la paz en el recuerdo de la historia, honrar a los que sacrificaron su vida, ensalzar la paz y mirar al futuro«.