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¿Por qué Afganistán es un territorio tan propenso a sufrir terremotos?

Afganistán ha vuelto a temblar. Un terremoto de magnitud 6,3 ha sacudido el norte del país la madrugada de este lunes, golpeando a la población mientras dormía y poniendo de nuevo en evidencia su fragilidad ante los desastres naturales.

Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el sismo se registró a la 1:00 hora local (21:30 hora peninsular española del domingo), con epicentro a 22 kilómetros de la ciudad de Khulm, en la provincia de Balkh, y a una profundidad de 28 kilómetros. Las sacudidas se sintieron con fuerza en Kabul y en varias provincias del norte y noreste, incluidas Samangan, Kunduz, Takhar y Bamiyan.

El balance provisional de las autoridades talibanes eleva a ocho los muertos y más de 185 los heridos, la mayoría en la provincia de Balkh, donde se registraron seis víctimas mortales y más de 70 heridos en el distrito de Khulm. En Aybak, capital provincial de Samangan, se notificó una persona fallecida y más de un centenar de heridos, mientras que otra víctima y 15 heridos se registraron en el distrito de Hazrat Sultan, según informó el jefe de Salud Pública, Qari Lutfullah Habibi.

El vicesecretario de prensa del Gobierno, Hamdullah Fitrat, aseguró que se han activado los equipos de emergencia y difundido los números de contacto de los cuerpos militares para atender a los afectados, mientras los rescatistas evalúan los daños en zonas rurales todavía incomunicadas.

Un país donde los terremotos son frecuentes

Los seísmos no son una rareza en Afganistán. El país, rodeado por montañas escarpadas, sufre una media de 560 muertes anuales por este tipo de fenómenos, que causan daños estimados en 80 millones de dólares cada año, según datos recopilados por Reuters.

Desde 1990 se han registrado más de 350 terremotos de magnitud superior a 5,0, lo que convierte al territorio en uno de los más sísmicamente activos de Asia. La última gran serie de temblores, en septiembre, dejó más de 2.200 fallecidos y 3.600 heridos, además de pueblos enteros arrasados en el oeste del país.

Por qué tiembla Afganistán

La explicación está bajo tierra. Afganistán se asienta sobre una de las fronteras geológicas más activas del planeta: la zona de colisión entre las placas tectónicas india y euroasiática, influida además por la placa arábiga al sur.

El movimiento hacia el norte de la placa india y su empuje constante contra la euroasiática generan una intensa presión que se libera en forma de terremotos. Esa misma dinámica es la que dio origen a la cordillera del Himalaya, que se eleva cada año unos pocos milímetros por la fuerza del choque.

Las regiones orientales y nororientales, especialmente las cercanas a Uzbekistán, Tayikistán y Pakistán, son las más vulnerables. En ellas se encuentra Kabul, donde los estudios estiman un daño medio anual por terremotos de 17 millones de dólares.

Una fragilidad que multiplica el daño

Más allá de su geología, el gran problema de Afganistán es la debilidad de sus infraestructuras. Gran parte de las viviendas rurales están construidas con adobe y materiales precarios, incapaces de resistir las vibraciones del suelo.

Los terremotos en zonas montañosas, además, pueden provocar deslizamientos de tierra que agravan el número de víctimas y dificultan las labores de rescate.

Expertos citados por Reuters recomiendan que el país impulse nuevos estándares de construcción antisísmica, refuerce los edificios existentes y mejore los sistemas de alerta temprana. También sugieren mapear las fallas activas mediante tecnologías de teledetección, para reubicar a las comunidades más expuestas.

Una historia de devastación

Afganistán ha registrado alrededor de un centenar de terremotos destructivos desde 1900.

Entre los más mortíferos figuran el de 1998, con más de 7.000 muertos en dos grandes seísmos; el de 2015, de magnitud 7,5, que causó casi 400 víctimas entre Afganistán, Pakistán e India; y el de 2022, que mató a 1.000 personas.

En 2023, una sucesión de temblores en el oeste del país dejó más de 1.000 fallecidos y pueblos enteros destruidos.

El nuevo terremoto de este lunes vuelve a recordarlo: Afganistán sigue siendo, geológicamente, uno de los lugares más propensos del planeta a sufrir catástrofes sísmicas.