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EE UU reducirá un 10% la actividad de 40 aeropuertos por el cierre del Gobierno, el más largo de su historia

El secretario de Transporte de Estados Unidos, Sean Duffy, ha anunciado este miércoles que la Administración Federal de Aviación (FAA) reducirá un 10% el tráfico aéreo en 40 aeropuertos del país a partir de este viernes, ante el prolongado cierre gubernamental que ya se ha convertido en el más largo de la historia estadounidense. “Esta decisión no se basa en qué aerolínea tiene más vuelos desde qué base. Se trata de identificar dónde se concentra la presión y cómo podemos aliviarla”, explicó Duffy en una rueda de prensa en la que reconoció que habrá “más interrupciones y frustración” en los próximos días.

El cierre del Gobierno, iniciado el 1 de octubre por la falta de acuerdo presupuestario entre republicanos y demócratas en el Congreso, ha paralizado la actividad de parte de la Administración federal, en un país donde 42 millones de personas dependen de cupones de ayuda para la alimentación que dependen de la Administración Trump. La FAA se ha visto especialmente afectada, con unos 13.000 controladores aéreos y 50.000 agentes de seguridad aeroportuaria obligados a trabajar sin cobrar desde hace más de un mes.

El administrador de la FAA, Bryan Bedford, ya advirtió esta semana de que entre el 20% y el 40% de los controladores asignados a los 30 aeropuertos más grandes del país no han acudido a sus puestos de trabajo. Esta falta de personal en los aeródromos ha empezado a provocar retrasos generalizados, largas esperas en los controles de seguridad de casi todos los aeropuertos y  cancelaciones en cadenas, sobre todo en las terminales de Phoenix (Arizona) o Newark (Nueva Jersey), uno de los principales accesos a Nueva York.

“En última instancia, nuestra única función es garantizar la máxima seguridad posible en este espacio aéreo”, ha subrayado Sean Duffy, que ha evitado precisar qué aeropuertos concretos se verán afectados por la reducción de operaciones. Según estimaciones del propio Departamento de Transporte, entre 4.000 y 4.500 vuelos, tanto los comerciales y los transporte de carga, podrían verse alterados cada día.

Las aerolíneas, bajo presión

Las compañías aéreas han reclamado en repetidas ocasiones el fin del cierre, alertando de los riesgos para la seguridad y la estabilidad del sistema. La Asociación de Aerolíneas de Estados Unidos calcula que más de 3,2 millones de pasajeros se han visto afectados por retrasos o cancelaciones desde el 1 de octubre, mientras que los principales grupos del sector —entre ellos United Airlines y American Airlines— registraron este miércoles una caída cercana al 1% en bolsa.

Duffy ha adelantado que en las próximas 48 horas convocará a las aerolíneas para coordinar los ajustes de horarios “de forma proporcional” y minimizar el impacto en los viajeros. “No quiero que nuestros controladores busquen otros empleos; quiero que vengan a trabajar, pero entiendo sus dificultades”, reconoció el secretario.

El cierre gubernamental, que supera ya los 36 días, responde al bloqueo sobre la ley de financiación federal entre demócratas y republicanos. Los primeros se niegan a aprobar un presupuesto que no amplíe los subsidios de salud, mientras que los segundos rechazan cualquier extensión de ese gasto. La situación remite al cierre de 2018-2019, durante el mandato de Donald Trump, que duró 35 días y terminó precisamente tras el colapso del tráfico aéreo. Hoy, la historia parece repetirse, pero con una magnitud mayor: la crisis política amenaza con llevar al país a un punto de inflexión logístico y económico.